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Los años 2010s nos dejan una década donde la poesía ha cambiado de rostro muy rápidamente. Una serie de nuevos fenómenos culturales (la irrupción de la poesía en redes sociales) y el afianzamiento de otros (la poesía Slam conociendo un bastión para su masificación en Youtube) han desatado nuevos desafíos y preguntas para los nuevos poetas alrededor del mundo. Con un lado de optimismo pero también de intriga, la mayoría de esas nuevas preguntas aún tienen como respuestas signos suspensivos.

Lo cierto es que Internet ha hecho que los jóvenes (personas entre quince y treinta años) lean más poesía. Es más sencillo y efectivo organizar a tus amigos y formar una nueva revista. Se leen más poemas que poemarios. No todo es precisamente bueno y esta década ha sido también la década de los Poetas de Instagram, de la poesía por el poPulismo y del megaestrellato de escritores que en realidad vendrían a ser versiones demasiado pulidas y vacías de sus contemporáneos.

En Perú, ese estrellato no ha existido por ahora. Pero vale la pena dar un recuento a como la escena literaria y específicamente la comunidad poética ha cambiado radicalmente en diez años por el influjo de Internet. La vieja blogosfera 1.0 de inicios de milenio ha sido sepultada por una escena que considera a la poesía un objeto de discusión y socialización virtual. Es así como se gestan las comunidades y grupos de poesía en los que hoy reside la mayor parte del diálogo entre escritores locales.

Esta década también fueron las editoriales independientes, el impulso de la Revista Mutantres y los recitales de C.A.C.A Editores. Esta década fueron Tajo, los tacneños de Letrasértica, el colectivo Dragostea y Jorge Vargas Prado; Estruendomudo, Pesopluma, Molok, la ANTIFIL, los sentimentalitos, la poesía del lenguaje y Mario Montalbetti. Esta década fue Animalisa y el boletín Pesapalabra, Kevin Castro y el hangout de los Perros Románticos y Poetas mayores convirtiéndose en leyendas. Todos ellos entre otros, entre tantos Otros.

Esta es la primera parte de un resumen, siempre polémico, de una década en Cincuenta Poemas y Cincuenta Poemarios. Una década que fue la primera para esta revista y la que vivimos al tanto y en acción de todo lo que pasaba. Sin más preámbulo, les dejamos estos cincuenta poemas

posdata: La regla para elegir poemas ha sido que estos hayan sido publicados por primera vez, ya sea en plataformas físicas/ virtuales o libros, entre Enero de 2010 a Octubre de 2019.

todos los miembros de sub25 activos en la actualidad, que han escrito o publicado durante esta década han sido obviamente descartados para su aparición en este recuento. No es así con los ex-miembros de este colectivo.

 

50- Aquí, entre nos, yo vi a Forrest Gump “rescatando al teniente Dan”- Alberto Ninaski (2017)

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Tal vez ahora muy pocos lectores recuerden, pero a inicios de la década uno de los núcleos de poesía más activos se ubicaba en Tacna, especialmente alrededor del Colectivo Letrasértica. Comandados por el impulso de Yhan Koronel, las escrituras congregadas en las revistas de Letrasértica fueron pioneras en reinvindicar ese lado más experimental y visceral de la poesía de Enrique Verástegui, clara influencia para estos autores.

A través de Internet, el colectivo Letrásertica lograría bombardear poéticas lejanas geográficamente. El sonido de la proto escena sentimentalita de inicios de década tendría, un punto de partida rabioso, desordenado y de extrema “baja fidelidad”. Ese es el sonido que Alberto Ninaski, uno de los pocos autores que siguió moviéndose luego de la desaparición de Letrasértica, capta en su poesía. Difusa y lúdica, llena de imágenes como irónica a la vez de extremadamente pasional, “Forrest Gump” es un buen ejemplo de lo que fue esa intensa movida.

Puedes leer el poema Aquí

49- Un disparo marca la diferencia…– Ana Carolina Quiñones Salpiettro (2011)

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En 2010, cuando Ana Carolina Quiñonez Salpietro publicó Cuentos tristes que esperan las chicas antes de salir a bailar se oía como una voz solitaria. Una poética inapelablemente indie, cinéfila que escribía observando imágenes pop como muy pocos lo hacían en ese momento (En ese entonces los críticos solían emparentarla con quien era en ese momento otra voz solitaria, Tilsa Otta) Publicado cuando la autora tenía veintiún años, luego de ser premiado en los Juegos Florales de la Universidad de Lima, Quiñonez Salpietro era en ese entonces la nueva poeta a tener en cuenta.

El poema más icónico de ese breve poemario, es el que inicia con esos versos ahora clásicos “Un disparo marca la diferencia/ entre un chico atormentado y un héroe adolescente”. Sí, tal vez para un gusto más literario, este poema pueda centrarse en figuras demasiado arquetípicas de la cultura pop (el malditismo de morir a los 27) pero para una camada de autores que iban naciendo en ese mismo momento, era ese poco pudor por adoptar estos símbolos, los que convertirían a este poema en uno de culto.

Puedes leer el poema aquí.

48- Como Poeta, D.H. Lawrence empezó leyendo a los románticos- Cristian Briceño (2012)

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De todos los poetas que en la Universidad de San Marcos a inicios de la década escribían en un estilo revivalista de las formas clásicas, solamente Cristian Briceño llegaría a escribir libros importantes. Y de hecho, ese talento que lo diferenciaría de sus pares ya estaba presente desde su debut. Breve Historia de La Lírica Inglesa era a su manera radical. Una historia coral de la lírica británica en poemas imitando el estilo de cada fase. Un album blanco de poesía clásica, haciendo una caminata entre siglos y milenios. Una poesía para la cual los hallazgos del Siglo XX, la poesía de vanguardia o el conversacionalismo nunca existieron.

“D.H. Lawrence…” es un poema simple pero potente y elegante, presagiando la poética de su autor una vez liberado del revivalismo y de la Retroguardia. Uno de los pocos poemas en versolibre de este conjunto, es nuestro elegido para representar esa movida de inicios de década.

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47- Fuga- Ethel Barja (2013)

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La poesía de Ethel Barja es una bastante sui generis para la tradición local reciente. Tal vez cercana a los llamados “poetas del lenguaje”, es en realidad una que explora poéticas de oscuridad, del sonido, al reverso de las poéticas de la imagen de los poetas contemporáneos. En cierto modo barroca y alejada de la claridad de la poesía más “urbana”, merece un lugar en esta lista.

Fuga uno de los poemas de Insomnio Vocal, es una pequeña muestra de la propuesta estética que compone la poesía de Barja. Publicado en 2016, la obra de Ethel Barja se encuentra ahora mismo en plena acción, un nuevo poemario de su autoría será publicado a fines de este año.

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46- Voy a comprar pan dijo la muchacha…- Micaela Chirif (2012)

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Micaela Chirif es posee una de las trayectorias poéticas más infravaloradas de la poesía peruana última. En 2012, tendría probablemente su momento de mayor reconocimiento, con la publicación de Sobre mi cabeza una Almohada en la prestigiosa editorial española Pre-Textos

Este conjunto de breves poemas sería nominado a los Premios Luces de ese año, y criticado positivamente por varios comentaristas. Entre el surrealismo y la evocación de símbolos en poemas epifánicos, es uno de los mejores momentos de su poética.

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45- A una muchacha en la torre más alta del Sheraton- Maria Belén Milla (2016)

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El primer libro de María Belén Milla, Archipiélago, ya era uno con poemas sumamente prometedores que anticipaban lo que escribiría después. Entre ese conjunto, un hit a la par de melancólico como urgente era uno de los momentos a destacar. A una muchacha… es un poema tierno como desgarrador, centrado en el infame suicidio de una adolescente desde las alturas del Hotel Sheraton en el centro de Lima, durante ese mismo año.

Es por eso interesante a la vez de genial que Belén Milla se acerque a este suceso con un poema de ritmo lírico y tenue. Este trágico suicidio sería reproducido y parodiado cientos de veces en Internet, con la crueldad típica de las redes sociales en los incipientes grupos de Shitposting de ese entonces. El logro y la misericordia del poema es devolverle esa humanidad y angustia a una joven, en uno de los momentos más terribles de la historia peruana reciente.

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44- Stickers- Gerónimo Paredes (2018)

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El cuzqueño Gerónimo Paredes y su libro Biohazard, vendrían a tomar la posta, en un enfoque más pop y menos experimental, de las andanzas de su compañero de banda, Jorge Vargas Prado (ambos eran miembros de la banda de rock quechua Chintatá)

Excavando entre la poesía de Enrique Verástegui, los sentimentalitos, y la tradición más vitalista de la poesía de los últimos años, Stickers funciona como una introducción pegajoza y musical a esa poesía quechua pop de la actualidad.

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43- Kiddo- Fiorella Garibaldi (2015)

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Un importante semillero de poetas para esta década fue el Taller de Poesía de la Universidad de Lima. Algo curioso si reparamos en que esta universidad no tiene carrera de Literatura. Si en los 2000s autores como Bruno Polack, Mario Pera, José Carlos Yrigoyen o Jerónimo Pimentel transitarían el mencionado taller, los últimos años tienen como máxima representante a Ana Carolina Quiñonez Salpietro.

Sin embargo, sería injusto pensar que ella fue la única voz destacable. De perfil bajo y alejada de los circuitos literarios, Fiorella Garibaldi fue premiada en varias ocasiones en Los Juegos Florales de Poesía de la misma universidad. Hotel Noir, es un poemario corto, compuesto de pequeños fragmentos, sumamente rockero y pop (en sintonía con algunas poéticas posteriores, como la de Lisa Carrasco) De él seleccionamos el poema Kiddo.

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42- Fluyen señales de ideología…– Willy Gómez Migliaro (2016)

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Con suma persistencia, los últimos años han sido especialmente brillantes para la poética de Willy Gómez. Con un recorrido que se remonta a la década de los noventa, conoce un momento cumbre luego de la publicación de Construcción Civil, galardonado con el Premio de la Lira en Ecuador.

Si somos justos, varios de sus últimos libros son irregulares. Sin embargo, la cantidad de buenos poemas que Gómez ha publicado en este último lustro resulta sorprendente. Numerosos poemas no recogidos en libros (Una historia de la poesía peruana en unos poemas perdidos luego del cierre de la revista virtual Transtierros) Es uno de esos poemas, un lado b de Construcción Civil, el que elegimos como muestra.

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41-Ella duerme- Jerónimo Pimentel (2010)

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Jerónimo Pimentel tuvo una evolución sostenida con cada poemario. Su última tríada de lanzamientos (La Forma de los Hombres que Vendrán bajo el nombre de Matías P. Delgado, La Muerte de un Burgués y Al Norte de los Ríos del Futuro) componen enormes momentos para la poesía en español.

Con un ritmo que ya anticipa el lenguaje científico de Al Norte de los Ríos del Futuro, Ella duerme es un poema rotundo y potente a través de su despliegue de imágenes e indagaciones surrealistas en un inconsciente que pareciera un edificio en permanente implosión.

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40- No me he de preocupar por la solidez del cielo- Urpi Orihuela (2010)

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Urpi Orihuela fue junto a Tilsa Otta y Ana Carolina Quiñonez Salpietro, la triada de poesía pop (aún nadie inventaba el término “sentimentalito”) que daban un necesario respiro entre las propuestas sumamente recargadas o retrógradas del inicio de esta década.

A contracorriente, Orihuela desplegaba una poesía lúdica desde sus primeros libros, algo plasmado incluso en el diseño de las portadas y en sus fotografías de autora. No me he de preocupar por la solidez del cielo es Orihuela en su estado más punkie, volátil y seductor.

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39- Put me in a movie- Valeria Román Marroquín (2016)

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Antes del Watanabe y las reediciones en Paracaídas Editores, Valeria Román era simplemente una escolar de 16 años que escribía poemas increíbles. Esta primera fase, con poemas suyos publicados en revistas (siendo editada por primera vez por Revista Mutantres) darían fruto a uno de los hypes más grandes de esta década en torno a una nueva poeta.

Vista por algunos como “La segunda llegada de María Emilia Cornejo”, es cierto que estos primeros poemas eran deudores en parte de la poesía femenina de los setentas y ochentas. Viscerales y brutales, como una fusión imposible entre Carmen Ollé y Lana del Rey, Put me in a movie fue el primer gran poema viral de Román Marroquín. La carta de presentación a una trayectoria mucho más original que se iría consolidando años después.

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38- 23- Mario Montalbetti-  (2015)

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Puedes decir lo que sea sobre Montalbetti, pero es un autor que a su manera ha logrado conservarse vigente inclusive en sus poemarios de madurez (No en todos, Foucault!) Vietnam fue el momento en el que una generación de nuevos lectores empezó a voltear la cabeza a ese poeta “raro” y por entonces olvidado e inclusive, marginal.

Con una descarga concisa como el mejor Montalbetti, el fragmento 23, es el elegido para esta lista.

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37- Pienso en una mujer que besa un hombre- Myra Jara- (2015)

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Los Poemas de Myra Jara tienen un efecto curioso. A pesar de tener una raíz tremendamente pasional, su lenguaje generalmente produce una distancia. Un poema como un ente gélido que sin embargo escupe pasionalidad y corazón.

Pienso en una mujer que besa un hombre es un poema de amor, más delicado de los que se acostumbran en la actualidad, sugerente desde un lenguaje y un ritmo firmes. Uno de los momentos a destacar de La Destrucción es Blanca, el único libro de la autora hasta la fecha.

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36- Ahead last- Maurizio Medo (2015)

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Dime Novel, el poemario-comic de Maurizio Medo, tiene un momento genial, donde poco importa la narrativa o la historia de la poeta o poetas perdidos allá afuera. Ahead Last, con el título como una referencia a Leonard Cohen, es un poema de amor clásico como se han escrito desde hace siglos y se seguirán escribiendo siempre. Al centro de un libro experimental, sirve como de fresco contrapeso con el resto de poemas del conjunto. Cuesta no moverse con Maurizio Medo en uno de los mejores momentos de su escritura.

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35- Poema 7- Rosakebia Mendoza (2018)

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En Lima, salvo para los lectores de Revista Mutantres o algunos otros (muy muy pocos) el nombre de Rosakebia Mendoza sonará desconocido. Sin embargo, esta autora, a pesar de no haber publicado un libro hasta la fecha, es una de las poetas chiclayanas más importantes y con mayor proyección a publicar algún libro importante en el futuro.

Como describe Willy Gómez Migliaro “Desde la fina reflexión a la desmedida ironía del verso, (…) poemas (que) descomponen los ritmos clásicos para adentrarse al sonido moderno de los cuerpos rotos.” Con una poesía bastante genuina (muy pocos escriben como Rosakebia Mendoza) el poema 7 es el seleccionado para representar su trayectoria.

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34- Poema I- Rafael Espinosa (2019)

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Sin mucha publicidad alrededor, Rafael Espinosa al igual que Willy Gómez Migliaro o Victoria Guerrero, es otro poeta aparecido en los noventa que se ha mantenido vigente con una obra bastante interesante.

Constitución, es uno de los mejores poemarios publicados por Rafael Espinosa. El golpe inicial a este libro, el Poema I es un ejemplo de lo que vendrá después,  una inspección al deterioro y la depresión. La realidad vista desde un trozo de hielo. Una mirada mucho menos autocompasiva del aburrimiento y la tristeza, desde un lenguaje post-barroco como a veces se ha adjetivado sobre su poesía.

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33- SUEÑO DE UNA AMIGA QUE DICE QUE ESTA CIUDAD ES MUY RUIDOSA- Martin Rodríguez Gaona (2011)

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Residente hace ya muy buen tiempo en España, Martín Rodriguez Gaona ha ganado una visibilidad mayor últimamente a partir de su ensayo La Lira de las Masas, sobre la poesía comercial de Instagram y demás fenómenos virtuales. Pero lo cierto que a la par de un buen ensayista, Rodríguez Gaona siempre ha sido un excelente poeta.

Autor del clásico Pista de Baileen los últimos años publicó Códex del Poder y los Encantos, junto a Madrid, Línea Circular; ambos libros importantes para nuestra tradición reciente. De ese trabajo reciente, seleccionamos el “Sueño de una amiga…” Un poema desesperanzado en medio de la crisis española de inicio de década.

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32- Huayno Z- Mario Morquencho (2015)

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Pocas veces una plaqueta (ese equivalente literario a un EP) puede captar tanta repercusión entre las comunidades de lectores de poesía como lo hizo Sarita Calavera en 2015. Este conjunto de poemas, entre fragmentarios y psicodélicos, anticipaban los nuevos lugares a explorar por la poesía del piurano Mario Morquencho.

Huayno Z es un poema letánico, procedente de la poesía de la calle de esta década (la llamada poesía piraña del grupo Tajo, cultivada finalmente en autores como Chumbile, o externos a este colectivo como Eduardo Borjas o el mismo Morquencho) pero con un ritmo de metrónomo. Leerlo dejaba la sospecha de que estos poemas iban hacia “otro lado”. Así sería.

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31- El resto es la locura del arte- Cristian Briceño (2017)

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En una década donde los premios de poesía locales han reiterado su desconexión con los lectores, Cristian Briceño es una de esas raras avis, capaces de ser premiadas en concursos prestigiosos como el Copé, y efectivamente escribir muy buena poesía.

Su última premiación fue una mención honrosa en el Copé, con un poemario excelente a la par de muy poco leído. La única cosa que es probable que rompas es todo muestra una faceta nueva de la poesía de Briceño. Poemas-Poemas que ya no son las prosas de La Trama Invisible o los sobre-recargamientos de su etapa cultista. Mostrando una pericia técnica enorme, El resto es la locura del arte es uno de los poemas más destacados de su carrera literaria.

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30- Todos los DJs comen vacas eléctricas- Kevin Castro  (2013)

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Los Tiempos Jurásicos es de todas formas un poemario irregular. Su importancia radica en esos highlights donde Castro anunciaba lo que vendría después. Un momento particular del libro se encuentra a la mitad, con Todos los DJs comen vacas eléctricas que destaca como un poema psicodélico, ágil y en perpetuo movimiento. Bailable.

Entre los poemas más simples e “in your face” de Los Tiempos Jurásicos, Todos los DJs… auguraban el ritmo pop de su siguiente libro Norcorea. Como mención honrosa se puede incluir el poema Verde.

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29- Al principio tenía miedo…– Carlos Rojas Camacho (2014)

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Carlos Rojas Camacho es algo así como la promesa incumplida de la poesía peruana de esta década. Pero más que un Reimond Manco, ha sido una especie de Benavente (disculpas a todos por la referencia al fútbol local) Autor de poemas sumamente maduros para un inédito, su estilo lanzaba raíces hacia la poesía peruana de la segunda mitad del siglo XX. Emparentado con Hora Zero a la par que con Eielson, Rojas Camacho vendría a completar una triada que nunca fue, junto a Denisse Vega Farfán y María Belén Milla, como autores que revitalizaron en sus libros esa tradición local última.

Solo que, Rojas Camacho nunca escribió un libro, a pesar de haber captado la atención de alguna editorial española. Su poesía se encuentra dispersa en revistas. Sobre si escribe todavía o se ha retirado por completo, es algo que se desconoce. Su mención aquí es un reconocimiento pero también, un rescate.

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28- Me gusta pensar que cuando las parejas enamoradas dicen que se amarán…– Tilsa Otta (2019)

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El último libro de Tilsa Otta, La Vida ya superó a la escritura es probablemente su mejor conjunto de poemas desde el ahora mítico Mi Niña Veneno en el Jardín de las Baladas del Recuerdo publicado a inicios del milenio. Con secciones de poemas muy memorables, fue el regreso tan esperado de la autora en un momento trending para su escritura (Por cierto, una mención honrosa a poemas como el de La Poesía es la gran aguafiestas)

Tal vez nadie como Tilsa Otta les enseñó a los sentimentalitos cómo escribir poemas capaces de ser virales, publicarse en Instagram (antes de que existiera Instagram), o adornar los stickers de los niños del futuro. Un último poema viral (REALMENTE VIRAL) fue el Me Gusta pensar que… compartido unas miles de veces el día de los enamorados de este año.

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27- 8- Bruno Polack  (2016)

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La poética de Polack puede considerarse una bisagra entre la generación de los 2000s y la retroguardia cultista de inicios de esta década. Autor de libros de sonetos, el momento más destacado de su trayectoria es su momento más ágil. es un poemario que revitaliza la veta conversacionalista de los años 2000s, con un conjunto de poemas entre la angustia existencial y el optimismo.

Un optimismo con suficiente pulso como para no caer en lo cursi. El poema es nuestro seleccionado de este libro fundamental para la poesía peruana contemporánea.

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26- Los Jóvenes empiezan a llegar… – Mirko Lauer (2018)

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Pocas poéticas tan maximalistas y potentes como la de Mirko Lauer. Por eso el inicio de su último poemario Sologuren es sorprendente. Con un ritmo y una escritura llana, al hueso, Lauer pronuncia una declaración personalísima de vulnerabilidad y deterioro.

Los Jóvenes empiezan a llegar… es un poema introspectivo como solo lo puede escribir un poeta con suficiente lugar en el imaginario de los lectores peruanos como para que esta introspección sea legible.

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25- Apocalipsis Now- Miguel Idelfonso (2010)

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En el pequeño libro, Todos los trágicos desiertos, editado por la mítica Colección Underwood, Idelfonso continua con su épica de western y personajes de la cultura pop junto a escritores y artistas muertos.

Si bien puede que, a pesar del reconocimiento reciente, lo mejor de Idelfonso ya haya quedado detrás, es un poeta con la suficiente pericia como para todavía escribir poemas tremendos como Apocalipsis Now. Con referencias a Marlon Brando y una intro en prosa, es un poema que rockea.

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24- Aunque sé que el mejor café lo sirven en la av.risso iré a Starbucks contigo y pediré Moca-  Kevin Castro (2014)

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Aunque sé que el mejor café… es probablemente el poema sentimentalito más alt lit que se haya escrito. Con la vibra repetitiva y patética de Ellen Kennedy o Tao Lin, Castro hila este poema a través de versos llenos de imágenes que de por si solos ya funcionan como bellos aforismos pop.

Si, un poema clásico de amor, intenso como los jóvenes desde siempre, que cierra un libro destacadísimo como Norcorea. Una mirada al futuro cuando ya no estaremos y tampoco estarán los árboles. Lloverá sobre mi casa.

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23- Doña Aura y el Astronauta- Mario Morquencho (2017)

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Hay un eco obvio entre Doña Aura y el Astronauta con ese poema clásico de Jorge Pimentel en Ave Soul La Balada de una Madre que llora en un hospital al saber que su hijo de doce años va a morir. Ambos indagan el tema de la agonía en personajes infantiles vistos desde sus progenitores.

El resultado es un poema desgarrador, cuya potencia se amplifica revisitando esos sueños que nunca se cumplirán a través de la imagen pop de Buzz Lightyear como el juguete favorito. El momento más destacado de Placlitaxel, una amalgama de fragmentación y belleza melancólica.

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22- Introducción a la metafísica- Mario Montalbetti (2012)

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Mario Montalbetti sampleando a Martin Heidegger no parece una buena idea, a menos que claro, Montalbetti este en esos momentos de inspiración extrema. El resultado es un poema clásico de Montalbetti, sustentado en la repetición de la frase de Heidegger (¿Por qué hay algo en vez de no haber nada?) convertida en un ¿Por qué hay peruanos en lugar de no haber nada?

En el contexto del poema, ese verso alimenta una serie de indagaciones sobre la identidad y finalmente, la necesidad de pertenecer a algo. Un tema sobre el cual Montalbetti ha venido preguntándose desde hace ya buen tiempo. El poema más destacado de Apolo Cupisnique.

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21- Enclave- Denisse Vega Farfán  (2015)

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Denisse Vega Farfán llega al momento más sólido de su trayectoria con El Primer Asombro, un libro que se asienta firmemente en la tradición peruana del Siglo XX para escribir varios de sus más grandes poemas.

Tal vez algunos de los más interesantes, son aquellos que indagan alrededor de una reflexión sobre el poema dentro del poema. Lejos de caer en clichés posmodernos, en Enclave Vega Farfán revisa la labor del poeta como una disolución del Yo, un paso al costado de un alfarero anónimo luego de levantar una ciudad cósmica. Un poema que es un elogio al acto de escribir.

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20- Carta encontrada de Waldo, el guachiman de la Residencial Santa Fe, para Flavia, la residente del 106- Alvaro Cortés Montufar (2018)

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Luego de Apurímac. Radio Poder. Álvaro Cortés Montufar ha publicado varios poemas interesantes, cada vez más desligados de un revivalismo HoraZeriano y más cercano a esas propuesta de pop andino como las de Jorge Vargas Prado o Antonio Chumbile.

Escrito desde una suma oralidad, Carta Encontrada… es un poema sencillo pero cotundente, revisitando ecos un tanto olvidados en nuestra propia tradición (algo de Leoncio Bueno también se asoma en estos nuevos versos) Un poema como una canción de despedida que sin embargo, debe ser el inicio de lo que Cortés Montufar escriba en los siguientes años.

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19- Post- Colonial- Ana Carolina Zegarra (2018)

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Inadvertida en cierta medida, los poemas que la arequipeña Ana Carolina Zegarra ha publicado el último año son un aliento de frescura para esa tradición de poesía juvenil peruana. Aparecida justo en el momento en el cual los nuevos sentimentalitos perdían el riesgo, Post-Colonial es un himno y hit de aventura y amor escrito desde otras influencias.

Parte de un poemario también bastante logrado La Vida después de la Supervida, poemas como Post- Colonial (una mención honrosa a Stevens, otro momento a destacar del libro) son parte de la poesía peruana más refrescante ahora mismo.

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18- Esos procesos demoran…- Santiago Vera (2013)

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Esos Procesos demoran… es el gran e inesperado poema viral de Santiago Vera, uno de los miembros de Animalisa, colectivo de poesía peruana de tremenda importancia para la producción de esa década. Parte de esa capacidad de ser viral (como si sus primeros versos fueran un meme dentro de la comunidad de lectores de poesía peruana) parte de su genial musicalidad, una sonoridad que reviste de vida un lenguaje semi-burocrático.

Parte de la sección final de El Libro de las Opiniones, un libro que fundamentaría esa movida de poetas del lenguaje que se avecinaría un par de años después, movida que sucedió a la par de la consagración de Mario Montalbetti como el Gran Poeta Mayor Peruano. Probablemente este poema, a pesar de su forma en prosa, sea un buen inicio para empezar a leer a estos autores (a Rosa Granda o a su compañero de colectivo, Rodrigo Vera, por ejemplo) Es por cierto, bastante espectacular a la hora de ser recitado en vivo por Santiago Vera.

Puedes leer el poema aquí.

17- Los Cantos Iluminados de Breña- Manuel Fernandez- (2013)

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Es especialmente difícil elegir un poema de Manuel Fernández. La mayoría de sus libros son atractivos por lo orgánicos y complejos en su estructura, sobre la cual se apoyan los frescos históricos que hasta ahora constituyen casi la totalidad de su obra.

Entre los poemas que funcionan fuera de su contexto Los Cantos Iluminados de Breña es uno especialmente destacado. Como una viñeta de los convulsos años ochentas, entre imágenes febriles de desolación y esperanza, contiene varios de los versos y sampleos más memorables de su escritura. Parte de La Marcha del Pólen, logrado sucesor de su primer poemario Octubre, publicado durante los 2000s.

Puedes leer el poema aquí.

16- Mientras me cuentas lo bien que te ha ido, yo apunto al sol con una pistola que formo con los dedos- J Estiven Medina Ortiz (2016)

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Probablemente el poeta más prolífico, virtual y fanático del Do It Yourself de esta década. El apurimeño J Estiven Medina Ortiz posee una obra en realidad sumamente irregular, debido a su cantidad, publicada en dispersos poemas repartidos en PDFs.

Los momentos más memorables, donde esa neblina es más o menos coherente son las dos partes de Hablemos de mí, mientras las hormigas devoran el Solpoemario que concluye con el poema aquí recopilado. Un texto que incuba lo mejor y lo distintivo de lo sentimentalito. Pop,de ritmo ágil, pletórico de imágenes y con unos versos finales parecidos a una epifanía.

Puedes leer el poema aquí.

15- Elogio de una lengua nativa en la lengua dominante- Odi Gonzales- (2017)

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El poema con más corazón en la poética de Odi Gonzales es ciertamente, un tremendo poema de amor a la cultura andina, representada en su lenguaje, en su lengua materna. Incluído dentro de Ciudad [C]oral, probablemente el libro más importante de ese nuevo pop andino, escrito paradójicamente no por un nuevo sino por un autor aparecido en los años ochentas.

Poemas como Elogio de… son una renovación, casi un cambio de piel para la poesía de Gonzales, que sorprende en este libro por su elasticidad y fuerza.

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14- Seguíamos Provincianos- Ana Carolina Quinonez Salpietro (2018)

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En Matacaballos Quiñonez Salpietro dejó las noches de fiestas indie y se adentró en otro lugar del imaginario pop, uno más intemporal y mítico: el mundo de los westerns.

Matacaballos es de alguna forma un western peruano, lleno de poemas con ritmos potentes. Concluidos los poemas delicados de su primera etapa, Seguíamos Provincianos suena mucho más brutal, lleno de imágenes como galopes en torno a una reflexión sobre la masculinidad en ese mundo de aridez y brutalidad que Matacaballos plantea.

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13- Devenir del río- Maria Belén Milla (2018)

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Los momentos más memorables de Amplitud del Mito, uno de los mejores poemarios de esta década, son aquellos en los que María Belén Milla ejecuta un ritmo bello y sumamente fluido, con altas resonancias de la escritora Blanca Varela.

Devenir del Río puede considerarse un poema de amor. Es también uno sobre la devoción y la ilegibilidad de la poesía. Cuando llegan los últimos tres versos “pero que es bello / te juro/ es bello” el poema llega a un culmen pasional de ternura y fervor. Algo que contrasta y amplifica la elegancia de los versos previos. Una excelente pieza para empezar a leer la escritura de María Belén Milla.

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12- Yo no soy Enrique Verástegui- Lisa Carrasco- (2018)

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Yo no soy Enrique Verástegui es el poema que prueba que a estas alturas, en una escena constituida por las publicaciones de revistas virtuales y muros de Facebook, pueden existir poetas reconocidos solamente con poemas, no con libros. Viral, en cierta medida apoyado por el deceso del poeta al que homenajea, Yo no soy Enrique… es un poema cuyas lecturas virtuales triplican los tirajes de libros de poesía habituales. Es un punto interesante para reconocer esa nueva y rara fragmentación del poema sobre el libro.

Es obviamente, un poema a la altura de ser un hito en la historia virtual de estas comunidades. Rockero, revitalizador de las influencias de Hora Zero y el primer Enrique Verástegui, es el primer fogonazo de una de las nuevas poetas más prometedoras ahora mismo.

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11- Aparejos del Desierto- Rafael Espinosa (2016)

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Entre un poema post-apocalíptico y una declaración bastante personal, Aparejos del Desierto destaca entre el conjunto de poemas de Un Vaquero sin Agua en la Cantimplora (y entre la poesía de los últimos años de Espinosa) por su ritmo y la multitud de versos memorables que lo pueblan (empezando por el que contiene el título del libro)

Un poema mirando la destrucción como la domesticación de la juventud en una sociedad de consumo, concentra su caminar en la obsolescencia del personaje del poema frente a estas nuevas circunstancias. La soledad de este poema no termina siendo la soledad de alguien desfasado, sino de todos nosotros, extraños y solos a la par de estimulados en una realidad de redes sociales e internet.

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10- Knock out. El arte es una licencia para hacer las cosas mal- Jorge A Castillo (2017)

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Knock Out.. es tanto un homenaje como una parodia al poeta de internet por antonomasia dentro del mainstream norteamericano, Keneth Goldsmith. Como una especie de manual, el largo poema está conformado por innumerables letanías con ritmo de metrónomo, que avecinan un sonido industrial y repetitivo que es el signo de Starfuckers, el mejor libro de Jorge A Castillo hasta la fecha.

La preocupación de Castillo es una parecida a la de LCD Soundsystem y su himno del indie Losing my Edge. Si es que acaso toda esta generación de nuevos artistas simplemente no acabará siendo una generación de archiveros, excavando en las ruinas de la cultura pop desde sus aspectos más altos hacia los más triviales y mundanos. Esa geografía de la implosión cultural de las últimas décadas pop es documentada por Jorge A Castillo en un poema irónicamente raro, abrasivo y desafiante para la poesía peruana contemporánea. Se pueden rastrear las influencias de Verástegui y César Gutierrez, sin embargo eso no niega que sea uno de los pocos poemas actuales que vayan hacia adelante. Casi la única pieza avant garde destacable que produjera la escena sentimentalita hasta ahora, junto a las experimentaciones de Jorge Vargas Prado

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9- ¿Por qué ese hombre me habla de poesía? – Myra Jara (2015)

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Luego de La Destrucción es Blanca, Myra Jara ha escrito algunos de sus mejores poemas. La mayoría de ellos han sido publicados en revistas o recopilados de su muro de Facebook. En ellos se puede destacar a una poeta cuya potencia expresiva está teniendo una continuidad evolutiva de potencia y fuerza.

Lo cual no quiere decir que la mayoría de estos poemas sean pomposos o que su poética haya cambiado hacia estéticas más recargadas. En realidad lo fascinante de la poesía más nueva de Jara es la sencillez con la que puede reventarte la cabeza. ¿Por qué ese hombre me habla de poesía? es un poema simple, que sin muchas vueltas va hacia lo que quiere. Un poema que es una declaración de libertad creativa e independencia personal frente a lectores y críticos. Y claro, enfocada especialmente en sus contemporáneos, y en ese mansplaining purista de algún sector. Tal vez sin proponérselo, Jara escribe el poema feminista, anti-snob de esta década, igual de incendiario y viral desde su sencillez como los manifiestos del Comando Plath.

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8- Salbutamol- Eduardo Pucho (2012)

Salbutamol es el poema sentimentalito definitivo, escrito antes de lo sentimentalito. O si somos justos, durante su nacimiento. Recopilado en el video de culto que adjuntamos arriba, fue leído en el ciclo de recitales Ese Puerco Existe, lugar de encuentro de autores que luego conformarían el núcleo de influencia de la revista Mutantres.

Para los que vendrían después, Pucho resulta poderosamente profético. Un personaje entre nervioso/ ansioso que deriva en la personalidad del propio autor, un cúmulo de referencias pop y a los fármacos. Todo esto compactado bajo un ritmo ágil y un manto de sinceridad que dotan al poema de una sensación entre la ternura y la seriedad de lo todo que se ha contado. Claro, se puede argumentar que este gesto lúdico está presente en muchos poetas de los noventas (década en la cual este autor empezó su trayectoria) como Helguero y Cruzado, pero el asunto es que Pucho no es cruel con sus personajes. Mientras que Cruzado y Helguero aplastan a sus personajes bajo una pesada bola de hierro irónica, la voz de Pucho está ahí en serio. Un cambio del modo del Fracasado a un Hermoso Fracasado. Claro, hay una autoconsciencia que salva a esta poética de caer en lo cursi por lo cursi, pero es definitivamente un giro frente al ludismo irónico de los noventa. De la pena telúrica a la pena de guitarras indies. Junto a Tilsa Otta, Pucho es el otro padrino menos publicitado, de Castros, Medinas y Romanes pululando en la poesía peruana actual.

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7- Máncora- Jorge Vargas Prado (2013)

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Entre la psicodelia, el sampleado de autores contemporáneos y canónicos, los poemas en prosa sobre conciertos de Rosita de Espinar volando hacia el cielo, Máncora es el poema-poema de Tikray. La pieza más legible fuera de ese libro experimental que se plantea Vargas Prado como una odisea de pop-andino contemporáneo.

Máncora de hecho suena a un largo recorrido en motocicleta por las Playas de Perú. Con un ritmo y estilo que toman prestadas algunas influencias de los 70s y 80s, es el mejor poema para ser leído que Vargas Prado haya escrito. Es de hecho un himno sutil, disfrazado de canción sentimentalita que desmenuza temas como la discriminación racial o de clase en el Perú. Sí, es de todas formas un poema de juventud y aventura, como los que cada generación o década exige y tienen.

Valdría la pena mencionar que a pesar de las virtudes que pueda tener este poema, en su momento fue ignorado o disminuido junto a Tikray. Años después sería más bien la poética de Vargas Prado la que induciría su germen de pop andino en los nuevos.  Riendo al último, probablemente.

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6- Canción para mi baby, baby, baby- Valeria Román Marroquín (2016)

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Cuando se publicó Feelback, Canción para mi baby baby ya era un hit en internet. Y con todos los merecimientos, era la cumbre de esa fase de la escritura de Valeria Román. Canción para mi baby baby toma la posta de sus contemporáneos así como de la tradición local, resultando en un poema endiabladamente pegajozo. Lo mejor que ha hecho siempre Román con sus poemas, cantar.

Y de hecho, era un poema como un hito para un momento de gran expectativa sobre ella y sobre la poesía de los nuevos. Un sello con un personaje que le ponía un stop definitivo a los revivals de la poesía del cuerpo de mitad de la década. Instrospectivo. Femenino pero sentimental, en oposición a la poesía de Ollé o de su propia primera fase. Contra el pesar de cualquiera (incluso de la propia autora), este poema acabará convirtiéndose en uno de los himnos sentimentalitos por excelencia. Este poema será para esta comunidad una de sus lecturas favoritas a la par de una de las validaciones literarias de su existencia. ¿Cuántos poemas de Instagram partieron y partirán de Feelback? ¿Cuántas canciones de la nueva poesía escrita por mujeres no parten de Canción para mi baby baby?

Sumamente decisivo e influyente, con la estructura clásica de la poesía pop actual, un verso-coro como atractivo principal, junto a Norcorea de Castro, es el momento en que las poéticas sentimentalitas se transformaron en lo más emocionante de la poesía peruana en su momento.

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5- Certificado Policial manchado de café- Morquencho (2014)

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Publicado originalmente en la Revista Mutantres, este poema puede representar el momento de equilibrio entre el Morquencho que fue y el Morquencho fragmentario de Placlitaxel. Es en cierta manera, un poema como un cruce de caminos, entre el Morquencho caminando en las calles del centro de Lima junto a los miembros del colectivo Heridita y el Morquencho experimental creando un ritmo con pedazos de una realidad quebrada. Aún está presente esa semi-utopía horazeriana revivalista que tanto fascinó a varios de sus contemporáneos, pero también el ritmo fragmentario de la segunda fase de su poética. Está una escritura de la oralidad y del subordinado como un ritmo de metrónomo, casi bizarro frente al resto de revivalistas. Raro y bizarro por el hecho de estar más escrito hacia adelante que copiando sus influencias.

Luego el autor nacido en Los Órganos incluiría este poema en la plaqueta Sarita Calavera, junto a otros poemas de su nueva fase. Si es que puede quedar un comentario más al respecto, Morquencho es muy importante para la poesía reciente. Probablemente el poeta nacido fuera de Lima más importante de esta década. Con 4 libros, ha sabido manejar una poética cambiante y en perpetua renovación. Una mención honrosa a los poemas de El mar, ese oscuro porvenir, su segundo libro.

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4- XXV- Cristian Briceño- (2013)

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Ese conjunto de poemas en prosa reunidos en La Trama Invisible, uno de los mejores libros de la década, son por lo general miembros de un libro sumamente orgánico. Esto haría en una primera vista difícil elegir un poema a destacar. Sin embargo, desde su publicación, el poema XXV (referido en ocasiones como el poema de los galeotes o simplemente como Charlton Heston) se convirtió en un favorito de críticos y lectores. De hecho, es probablemente el poema más leído de Cristian Briceño.

En cierto modo, es el poema más rítmico del conjunto. Su eficacia no se sustenta en ideas o conceptos, como la mayoría de los poemas de La Trama Invisible, sino en la consonancia rítmica y las imágenes. Un poema-poema. Con una potencia de golpes duros que recuerda a Montalbetti, es el momento en el cual Briceño deja de revisitar el pasado para quedarse solamente allí y empieza a experimentar con lo ya aprendido. Sí, obviamente tanto en este poema como en el libro en general, pueden rastrearse grandes poetas y poemas de la tradición local. Desde Martín Adán al mismísimo Vallejo. El Poema XXV es un canto descreído sobre la heroicidad y la desaparición. Un tanto sobre la función del escritor como creador de universos (o galeotes) cuyo deceso solo repercute en aquellos a los que contiene.

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3- La Av. Derby está cerrada y no sé qué hacer con mi vida-  Kevin Castro (2018)

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Publicado a finales de 2018 en el muro del grupo de Facebook Sentimentalito Shitposting, La Av. Derby… es el canto de cisne, la canción redentora de la escena sentimentalita. A la par, uno de sus puntos de cierre como una de sus cumbres. Liberado de un imaginismo desbordado que en ocasiones atrofiaba los poemas de Castro, este poema reemplaza el coro de versos pop sentimentalitos por algo parecido a una oración. Un mantra para la generación post-millenial en todo caso.

Tal vez valga la pena mencionar la importancia que tuvieron los poetas sentimentalitos durante esta década para insertar los temas de desórdenes mentales y depresión a la poesía peruana. Si el inicio de este viaje tenía a un Eduardo Pucho diciendo las cosas en serio, este recorrido termina con Castro diciendo las cosas mecatrónicamente en serio, con la amplitud de un poema tremendo, sin dejar de ser más o menos fiel a su poética de lo pop. Claro, cualquier interés por fidelidad o inserción en un género o escena no importa al final del poema. Lo que importa es que La Av. Derby… es al mismo tiempo un poema capaz de ser compartido cientos de veces, como una reflexión autoconsciente de la depresión y lo horrible que puede ser el día a día. Puede que el título del poema no anticipe esa poderosa epifanía, o tal vez sea una señal más de desarreglo y desinhibición que los sentimentalitos y Castro han cultivado por años. Nada de grandes tragedias, pero sí un luminoso optimismo que retumba como estrellas chocando.

Unas semanas después el poema sería publicado en la Revista Molok, y anunciado para el siguiente libro de Castro, Freestyle, aún sin fecha definida de lanzamiento.

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2- 3- Jerónimo Pimentel (2013)

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Si bien no es cierto que las innovaciones de Jerónimo Pimentel hayan aparecido en la poesía peruana de la nada, estas se fundamentan en una suerte de poesía rara venida de los noventas y los dos miles (esos autores no-conversacionales como Rafael Espinosa o Willy Gómez Migliaro) Sin embargo, para 2013, este otro modo de escribir de los contemporáneos nunca había tenido tanta visibilidad como cuando Jerónimo Pimentel reapareció con su libro Al Norte de los Ríos del Futuro. Libro que por cierto había aparecido inicialmente en la editorial Liliputienses de España, como para alimentar el hype aún más.

Para aquellos que no habían excavado lo suficiente, ciertamente Pimentel parecía una especie de alquimista literario. A estas alturas sabemos que eso no era cierto, lo cual no quiere decir que los poemas de Pimentel no eran efectivamente experimentales y arriesgados. Con una psicodelia espacial influenciada de las lecturas de la poeta norteamericana Elenis Sikealianos, el poema 3 era una suerte de western marciano, de aventura frente a una realidad de ciencia ficción capaz de reordenarse al siguiente segundo como para burlarse de ti una vez transformada en otra cosa.

Tremendamente fundamentado en lo imaginativas y surreales de las imágenes que componen sus versos, Pimentel de verdad lograba una voz como la de un astronauta del futuro. Uno de esos pocos poemas de ciencia ficción peruanos bien hechos. Como un monolito venido del espacio, una marca en la poesía peruana de todas las épocas.

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1- Berlín- Victoria Guerrero (2011)

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Viéndolo desde ciertos ángulos Victoria Guerrero simboliza varios de los momentos más importantes de lo que fue la década de la poesía peruana. Una de las pocas poetas (e intelectuales) visibles fuera del ámbito de las letras, militante sumamente activa y una de las fundadoras del colectivo feminista Comando Plath; profesora de los talleres de poesía de la PUCP, así como activa comentarista dentro y fuera de redes sociales sobre la poesía de los nuevos autores.

Nadie podría negar la importancia de Victoria Guerrero para la escena contemporánea de intelectuales peruanos. Siendo tal vez la única autora militante y radical a la vieja usanza. Ese momento en el que su vida política y su escritura se cruzan de manera magistral es en su poemario Berlín, publicado en Intermezzo Tropical a inicios de la década. Berlín, el poema homónimo del libro, es un hermoso canto de rebeldía destinado a las personas que vendrán. Es un poema con una voz consciente de la derrota del socialismo post-muro y de como la hegemonía capitalista ha limpiado todo de una manera terrorífica. De como ese individualismo rebelde que caracterizaba a los poetas hoy es algo inofensivo.

El poema obviamente no se detiene para ser una visión del desastre, sino es tanto un deseo como una exigencia para los que vendrán, la responsabilidad de cantar encima de ese desastre. En un culmen de humildad, la voz asigna esa misión futura a aquellos que puedan cantar más fuerte que ella. Donde fallaron los antiguos, los que vendrán podrán hacer las cosas mejor.

Berlín es un poema potente como tierno. Sentimental como combativo. Uno donde el interés político se siente sudoroso y pasional, una cuestión de vida o muerte. Bastante se ha escrito sobre este conjunto de poemas, y con mucha razón es el libro más celebrado de la autora, quien apareció en la escena literaria durante los años noventas. Berlín es un libro que rastrea la obra de los Horazerianos y decanta el ritmo callejero en uno refrescantemente actual. Por supuesto, un poema como Berlín es uno que le hubiese gustado escribir a Juan Ramírez Ruiz de haber vivido en estos tiempos. Un enorme manifiesto futuro. El poema de la década para esta revista.

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