Singles de “DIME NOVEL”, el nuevo libro de Maurizo Medo

Sub25
Sub25

Latest posts by Sub25 (see all)

medomedo1

Maurizo Medo es la hibridación auténtica de los planetas en verso + pulp fiction & Pound llorado porque sus hijos ya están lo suficientemente grandes para apalearlo. Sus textos son aviones sin órbita que realizan aventuras en el desierto como en una ciudad como en la cabeza de Thomas Pynchon. Cada vez que escribe El Melgar gana 4-0 el clásico del Sur frente a Cienciano y La poesía bebe en un cuerno de yak.

Y a continuación algunos extractos de su nuevo libro Dime Novel, a presentarse en La Antisemana de La Literatura y que están muy buenos, pasen <3

ESCENA 1: NO ME GUSTAN LOS VERSOS DE MOISÉS (HISTORIA OFICIAL)

Cuando mueres, te rompes: los pedazos que eras

Comienzan a separarse velozmente los unos de los otros para siempre

Y nadie lo ve. Es sólo el olvido, es cierto:

Antes ya lo conocimos, pero entonces se estaba terminando

PHILIP LARKIN

2.

— ¿ vel`du kumen keyn Ithaca?  Son siete meses desde que

12067227_10207697856025690_1149222479_n

murió Se me aparece cada noche con el sonido

de una ventana abierta de golpe para oír aquello

que antes no se pudo, tal vez porque, en sí,

ya era un recuerdo

 

Adhara es cabulera

Jura que mamá se le aparece como el présago

de algo que ella, sola, no puede interpretar

 

— Loz unz offer im a kadish,

¿ ton`du kumen?

Para mí es un enclave que rompe las reglas

de un algoritmo Es decir nadie— en la medida

de recordar a alguien

entre un montón de palabras

separadas, como quedó esa tarde

del resto del pasado

 

— ¿Vienes? —insistió

No supe qué  responder

Y el destino fue más veloz que la decisión

Es cierto, parecía estar del todo consumado, pero

aguardaba su momento Con ese halo de descuido,

tan común en los manzanos que se esfuerzan

por florecer sobre la nieve, antes

de marchitar aburridos

Mi vínculo con el Perú funciona así

 

3.

Volví para escribir sobre las mismas cosas que pude

haber escrito en New York, pero en este país

las palabras se persiguen, e incompatibles frente

a cierta noción del futuro, se repliegan fuera de

su alcance, hacia atrás, muy atrás, adonde la brisa

del presente pareciera salir de los sepulcros,

sin santo y seña para una cabal comprensión

El Perú y yo nos parecemos:

ninguno es real, como lo exige la adrenalina

de un concierto en vivo

Si se le escucha es a través del lip sync de

lo ya que cantó en el siglo XVI

Ese jueves de enero

 

La imagen del desierto evoca la frase: la poesía

es otro camino, ¿la escuché en Easy Rider o fue

en Mama Morfina? No lo sé Y la creo En ella

no existe más destino que volver a empezar

Ese fue el arte de Ícaro al momento de elegir

—la frase era de Alesi

 

6.

Ícaro no encontró otro camino

El héroe y el suicida se confunden como

la soledad y la idea de una casa adonde

los muertos penan de pie, ¿en cuál idioma?

—No lo sé — le respondí Era mejor que

aventurarse a lanzar un simple monosílabo

cuyos efectos serían podrían ser nocivos

Iría, sí, pero a

y no a visitar su casa En el presente de Adhara

los verbos se conjugaban una segunda vez,

desde el pasado

 

10.

—Ani rotzé [1] —me pidió ella y

yo seguí de largo como lo haría el zorro a

través de una estepa con las arenas movedizas

del “todo tiempo pasado fue mejor”

Repitió el locutor

Antes de caer en tal dédalo prefería mil veces

el vacío del vértigo icariano

ESCENA 2: SLOW MOTION

 

Dejé a mi judío en una jaula

El mundo es el hogar de un huérfano

Estaría a salvo como el canario de

Broch, con las alas más cortas que

las uñas, y lejos de cualquier pesadilla

en la que pudiera encontrarme huérfano

aunque en verdad fuera un huésped,

perdido en el bosque de mi propia vida

Pudo haber escrito Broch al contemplar

la miseria del ave cautiva semejante a

la que padece la fe en una doctrina

Al pactar con el monstruo que está arriba

para sentirse a salvo

Como en la soledad

—Convengamos, ¿hubo una jaula?—apuntó Beichman

Opté por reemplazarla con la frase:

“dejé a mi judío detrás de un árbol cuyas

raíces se desprenden de la tierra

igual que un áisberg, ciego en medio

de una tormenta de arena”

Era otra triquiñuela

—La jaula, adonde mamá iba a dejar el alpiste

siempre estuvo vacía

Ella era la cautiva

No sé si lo supo o no Pero una vez gritó como

si en vez del canario se hubiera encontrado con

Un buitre que no existe en la historia,

sí en las fronteras

La jaula era un muro de pájaros en vuelo sobre

una rada de tablas dispuestas en el dormitorio

con tal de circuncidarme según la halajá

— ¿Y el judío?— Beichman se sobresaltó como

quien ve aparecer el cuerpo de un crimen

archivado por falta de pruebas— ¿eres judío?

—Yo no Papá lo descubrió cuando se cogía

a mamá después de abrirle las nalgas Los dos

desnudos mientras él jugueteaba con sus senos

sin haberse sacado la levita ¿sería el fetiche

exclusivo para su juego sexual?

El destino dejó de ser una víspera

Papá se marchó a  su tierra Es mentira la historia

de Adhara en la que él vuela arrastrado por

la tarasca monstruosa de un haboob,

es su mecanismo de defensa

“Llámame abba”, me exigió el viejo la

noche en que mamá se transformó en

el fantasma que ya era

Mi padre en un país y

yo en algo anónimo

Con todo el pasado por delante

para volver a comenzar de nuevo

“apátrida”, como dice

en mi cédula

 

ESCENA 4: EL gatomedo, ¿ES SOLO UN SIGNO?

Somos de repente lo que los árboles tratan

De decirnos que somos:

Su simple estar ahí

JOHN ASHBERY

Para Rafael Espinosa

La radio cantó la balada de una mujer

(tres veces muerta) hasta que secó

como uno de esos almiares dejados

atrás en la carretera Yo seguía en

el auto, resignado y, de pronto,

cruzó un gato Era negro, ¿la cábula

pactada se cumple cuando no hay

movimiento y en los hospitales las

diferencias entre sábana y mortaja

redujeron por una huelga en la oficina

de Recursos y Mantenimiento?

Elgatomedocruzó otra vez, sobre

todas las otras cosas

La suerte es así

Nunca está en frente

Entonces la realidad hizo chasquear su tálero

y como solo puedo conocerla a través de mí

(por el retrovisor de algo tan condicional

como la vida) a medio camino de ningún sitio

Me sentí un huésped Por tanto pisar los pedales

El auto no responde Se abandonó por entero

(como la vida) a ninguna esperanza de auxilio

Hasta oír algo que los árboles

no pudieron contarme:

 

el gato estaba sobre el parabrisas, listo

para atentar contra mis pensamientos

Tanto que me atreví a vaticinar:

“los árboles hoy no me contarán nada”

Les hace falta cierto nivel de oscuridad para

que su fotosíntesis incluya también

la producción de símbolos

El gato es un signo

No es como la araña, o la idea

de la araña, esa que existe

solo al desaparecer de la tela

Es un signo, me dije, en medio de

la crisis de los signos La soledad

ha sido ocupada por cierta manía

de la historia: perpetuarse

aun cuando nada acontezca

Y como no es superficie… para dejar

un rastro debe cruzar las pampas

de ciertas frases hechas (y los ribazos

de esas mismas frases) sin palabras

definitivas, de un lugar a otro,

hasta desaparecer (como la araña)

No consigo descifrar qué callaron

los árboles en esos rojos de hibisco

Esto no hará aparecer al Servicio de Grúa

Ni conseguirá que el Hombre Manco aprenda

a preguntar qué flor expresa la fatalidad

de los días Y como nadie le responderá

azucena El oficio de florista existe solo

en una canción de una forma

tan emotiva que consigue

conmover hasta a los perros

 

ESCENA 6: ERRORES  DE  CÁLCULO

Tan frío

que nada cálido puede sobrevivir.

TOM CAREY

12067746_10207697855185669_983067147_n

1.

Ató el otro extremo de la cuerda (que empezó

a dibujar desde muy niña) y se subió decidida

a cruzar sobre el pantano (que en el Té de Caridad

se solía llamar vida)  hasta llegar al otro lado de

un mismo presente Recordó el circo: la alambrista

la cruzaba limitada por la extensión de la cuerda

Abajo había una red por si cedían los cabos

Acá un pantano

Así era su vida, reconoció Y arriesgarse era mejor

que responder qué hubiera sido si

en vez de acostarse con el chico aquel

se habría atrevido a ir más allá

de lo que dictó la libido

Aunque la idea de libertad le pareciera un baldío

era mejor que seguir caminando en círculos

como un ibis, cautivo en el Arca

y solo para salvar las plumas

Se rió del cielo bíblico

Un ave pudo arrebatarle el estelar por el mérito

de una ramita de olivo Como el cielo, ella tampoco

era capaz de mantener  el control en ese estado de

alerta permanente, originada por el choque con

la carga eléctrica de sus intuiciones contra las

ondas hertzianas emitidas desde un que no existía,

y que ella llamaba sin cesar “mi marido”

Estaban juntos (se detuvo al oír el eco de este pensamiento)

¿Ella y él?

¿O quedaron como la unión de dos ausencias

en la cual su nombre

y un jarrón eran

lo mismo?

Suzanne Foster declaró a su vientre, sin saber

si este la reconocería o no a través

de la oscuridad, como para comprometerse

y responder cuál sería el destino

ESCENA  14: AMERICAN POET

 

Para Mario Bellatin

 

Sea lo que fuere un poeta estadounidense (como

observó Simpson)  este debe tener un estómago

que pueda digerir caucho, carbón, uranio…

Mulligan lo es, pero no arriesga, envejece

rumiando  pasto un ikh bin nisht

an amerikaner dikhter

No creo que la escritura se restringa al contrabando

de unas cuantas reflexiones, articuladas bajo súbitas

transiciones atmosféricas (cuya síntesis aparece

digitalizada con el valor de un hashtag ),

mínimas como esa fracción de segundo en la que

Basho escribió ¡zas¡ sin percatarse

que la rana “chapaleaba”, náufraga en esa versión

chilanga de don Octavio Paz

—Las ranas son afrodisiacas—comentó Lady Diana

Y como Carlos estaba en Glasgow quien la oyó fue

el doctor Hasnat Khan No sé si Carol Ann Duffy

pensó en ellos antes de concluir la frase “enamorarse

es un glamoroso infierno” y ni siquiera si sus glándulas

ahogaron en tal pacto porque no habrá nadie para una

aeda de la corte que celebra efemérides y un largo etcétera

en aras de la gloria nacional

El mayordomo lo supo: yo no era británico y

el corro de poetas indigentes becados en Manhattan

se aproximó fraterno

Eran peruanos hasta darla media vuelta al descubrir

que yo no sabía cómo dibujar un guarango

No fue impreso en el pavés

Perdonarán: soy de Camelot

sea lo que signifique

ser un poeta peruano

Mis favoritos son escandivos

ESCENA 27: IDILIO

I can’t wait to get away from you

And surprisingly you hate me too

We only communicate when we need to fight

But we are best friends…right?

AMY WINNEHOUSE

—Estoy harta de amanecer como una rama (podría

decir “un feto” Pero este late con la esperanza

de vivir un día) y despertarme ante la demanda

de un teléfono (que él responde porque en el poema

el sujeto se encuentra esperando ese llamado)

Como una cosa perdida en una colección en donde

el todo anuló el valor de sus partes Harta de obedecer

la segunda ley del “decálogo de una buena esposa”

(nunca algo puede o debe parecer demasiado)

y  contentarme con cifrar las hojas de los mirobálanos,

sobre los que él escribirá en el poema adonde un

hombre recita en el teléfono otro poema inspirado

en la razón de los pájaros al estrellarse contra la jaula

y así acabar con sus vidas

Ella concluía cada frase con miedo Como si la luna

fuera a gritarle “la eternidad está lejos”

del supermercado, tanto como ella lo estuvo

del personaje diligente que cosía

las ventanas de la casa Cuando pude besarla

y las calles respondieron que yo era

su amante Antes de oír la próxima canción

Suzanne ofreció su corazón

a la euritmia de una nueva historia

Pero yo estaba de paso

Era el pretexto de algo que los árboles

quisieron dejarle en claro

 

ESCENA 30: ahead last

(MÚSICA DE LEONARD COHEN)

 

— ¿Recuerdas la frase de esa canción?

Suzanne no pudo adivinar, “una casita en

los suburbios”, dejó hablar al deseo

Ese no era su nombre (la casa que construiremos

ya está en el pasado) y mi destino apareció como

un bosque cuyas raíces se revelaban a través de

las huellas que los árboles dejaban arrastrándose

Porque, en sí, la música  expresaba otro sentido,

inválido para aceptar algo que, desde afuera,

enfrentara el protagonismo que le fue arrebatado

— ¿Qué pasa cuando dos amantes se confunden

al oír la misma canción? Suzanne rió, no tenía

importancia saber en qué compás me perdí

—Gramercy es un buen lugar

Ella no comprendía por qué mi pasado era

el único espacio para tener un futuro que,

como la música,  se expresara fuera

de toda representación

And you want to travel blind

And you know that she will trust you

Lo adivinó justo cuando me asaltó la imagen

de dos monstruos que lloraban al vadear el río

por el miedo de tener que decirse solo adiós

 

ESCENA 31: JOVEN PAREJA. De Emile Nolde (1913)[2]

 

Drinking a coke with you is better than the tension

of having to wait for epiphanies like a flea

on an old bull terrier’s back, distracted

by the noises Ted makes as if one of them might help

him solve the mathematical equation for happiness

on a mid-afternoon astral journey

and without a cent

I like it because we never heard cornets announcing

anything other than a Coca-Cola to refresh

adultery with Or because through the color of your

shirt I imagine the onset of spring

in Alaska And the sun, although invisible, seems kind

at 4 o’clock sharp and we wander through the launch

of a portrait exhibit which doesn’t seem

to include a single face

Also because every sip thrums in a Goldberg

variation and inspires me to stay alert in case

the bubbles orchestrate their own rendition

But, my love, I should head home, even if it’s only

the north wind awaiting me there with no other choice

than to stay by the door

ESCENA 35: woodlawn Cemetery

12064493_10207697854145643_1014910855_n

Con todo el pasado por delante para nosotros

el tiempo dura dos veces Por gravedad

La de una historia que no sabe conjugar ayer

con presente,  tal si alguno de estos fuera

una hespéride  que existe a través

de cierta oralidad

Para adelantar al pasado los peruanos desarrollamos

una resistencia muy particular: debemos correr

una perpetua maratón hasta alcanzar el presente

—Mañana correremos más rápido—prometemos,

mientras quedamos cada vez más atrás

Y volvemos a empezar sin saber que el diálogo,

para las futuras generaciones,

en vez de con la república,

debió ser con nuestro origen

y desde ahí cruzar al infinito

ESCENA 37: PERUVIAN DREAM

 

Para Benito Del Pliego

 

El Hombre Manco no estaba en la calle contigua,

era en una avenida de aquella canción[3]

La materia prima de mi lista de pendientes me excede

con sus relatividades y, como 500 años de historia

ocurren cada tarde, y fuera del pensamiento,

no me agrada pensar que de por medio está

la palabra “sangre” Llora muertos aunque yo lea

simplemente “sangre”, ¿cómo lo traduciría

Benito Del Pliego, con algo así como “dios”

u otro sinónimo malentendido?

En mi país la historia y la poesía son inmiscibles

Dos vértigos, en donde cada medida de tiempo

es susceptible de verse alterada solo con una pizca

de vapor  Y como alcanza su máximo valor en

el vacío, todo en él se desvanece para empezar,

otra vez su construcción

 

ESCENA 38: SUZANNE

 

—Me has decepcionado— me pareció oír a mamá a

través de un eco, y tal como iban las cosas empezaba

a creer en su voz como en un antioráculo, tanto que

temía encontrármela colgando cabeza abajo de

sus patas de vampiro, arriba, en un mástil

que el tiempo pudo haber quebrado

Mientras, Suzanne no supo qué hacer para librarse de

quien fuera alguna vez: una mujer cuyo arte consistía

en adensarse mimética en las sombras y pertenecer al

olvido cuando el héroe se entregara en pleno a su obra

Y si volvía al presente era con el aura de un hada para

infatuar a la gente que llegaba por un selfie

o para escuchar al genio

—Me has decepcionado— oí otra vez, pero era yo

Estábamos “¿juntos?”, me pregunté Cada uno con

su pasado a cuestas como si entre nosotros mediara

invisible una frontera Y tanto así que ella indignaba

si yo interrumpía cualquier tarea con el propósito de

estar juntos en la fila del cine o al compartir la cena

Mulligan lo había presentido: “no confundas

su extraña vanidad con el amor”

ESCENA 39: ¿CUÁL ES EL COLOR DE TU DESTINO?

Ya no soy un poeta joven para creer en

la catarsis del monólogo interior y aceptar

cualquier branding como una vía útil para

la realización personal

en “un bosque cibernético”, escribió Brautigan

cuando las hadas eran puntuales, y ser

mi propio confidente, pasivo por estar con

los pies en el zapato de la única persona capaz

de escucharme sin ser tentada por un spoiler

que se anticipe al desenlace

¿Quién decía: “porque es más sencillo aprender

de los errores del pasado cuando las promesas

se vislumbran bajo la luz orgiástica del futuro,

aunque este sea inmediato”?

La luz de Gatsby fue la muerte de Fitzgerald y yo

ya perdí la facultad de creer en la esperanza como

en cierto tipo de ficción, una admisible entre los

renglones donde tuercen las biografías O suponer

que bastará la aurora para lanzarme a tunear un

remake after Lorca Cuando seca el esmalte que

adjetiva una situación queda solo el hacer posibles

dos o tres utopías ablucido entre la vida literaria y

una muerte natural Esa frase no es mía,

es un síntoma:

no llegarán las hadas

Ha muerto Brautigan

Y no puedo echarme contigo en una cama

para algo que no sea follarte

Frontera sobre frontera

Lo esencial es el verbo y no oír Monday Monday

Ni Bob Dylan ni tú fueron a Woodstock, en tu caso

por algo tan simple como el hecho no haber nacido

Eso no implica que quiera ponerme a oír Voodo child

ni me obliga a aparecer en The guardian  del brazo

contigo y en los umbrales de una casa,

blanca y con jardines

o como quiera que sea  el infierno

Ya no soy un poeta joven para que este exista

o confundir la imagen aurática de una musa

con la estulticia insobornable

de la estúpida señora Sísifo

Y rodar la piedra  (con tal de

mantenerla excitada)

hasta volver a comenzar

de nuevo

 

ESCENA 44: PULP

She lay out listlessly like some small mug

Of beer gone flat.

DJUNA BARNES

Meses después apareció en la portada del Newsday

DROWNED BY THE ILLUSION

“Perdóname si beso el viento”, dijo el Kit Kat

a través de sus labios Y el viento fue el último

en despedir al forastero cuando Suzanne murió

Ted por fin pudo comprender que no era

una metáfora: ella alcanzó el otro extremo

de la cuerda (que empezó a dibujar de niña)

para alejarse de donde la vida

no estaba

 

ESCENA 47: HAY TORMENTAS DE ARENA PARA GATOS Y CANTINAS CERRERAS BAJO TIERRA[4].

 

Aquí estamos, amigo,

solo a favor de puras formas planas,

no esperes,

peruano confundido, el coro de las furias

(de la resurrección podría hablarte el letrero

que garantiza mutilar

a quien reincida:

porque quien mucho llora

muy

escaso

es que mea)

(y Renato

Leduc

solo solía mentir

cuando le daba

la regalada gana).

En este sitio —mire: a su derecha,

mi señor pasajero,

entre esa tienda

de listones y flores

artificiales

y el local que fue un banco

hace ya varios ceros de las pocas monedas

que cuestan estos tragos—

nunca vas a encontrarla.

Justo

igual

que

afuera.

TO BE CONTINUED

[1] Quiero agua

[2] Suzanne Foster

[3] ¿Qué película de Fassbinder es?  El hombre/manco entra a una florería y dice:/Qué flor expresa/ los días/ que se van/ y sólo se van sin parar/ empujándote/ hacia el futuro. (Laurie Anderson)

[4] Discurso de Ángel Ortuño, “El caballito cerrero”, Guadalajara

 

Maurizo Medo nació en Lima, Perú, en 1965. Ha publicado los libros de poesía: Travesía en la calle del silencio (1988); Cábalas (1989); En la edad de la memoria (1990); Contemplación a través de los espejos (1992); Caos de corazones (1996); Trance (1998); Limbo para Sofía (2003); El hábito elemental (2004);  Manicomio (2005); La trovata (2006); Contramano, en coautoría con Ernesto Carrión (2007); Sparagmos (2008). Libros de entrevista: Escribir contra la pobreza. Diálogos con Eduardo Milán. Crítica: Prólogo a LVN, el país de las tablas. Raúl Zurita. Prólogo a Porque nuestro es el exilio: Carrión, Hidalgo, Mosquera y Mussó. No nos hemos perdido. Una lectura de la obra de Raúl Zurita. Tranvía editores. Lima, 2007. Prólogo a Matria. Antonio Silva. Cuarto Propio. Prólogo a Figurado y literal. José Kozer. Prólogo a Fosa Común. Felipe Ruiz. Fuga. Antologías: Zurita, Raúl y Medo, Maurizio. La letra en que nació la pena. Muestra de poesía peruana 1970-2004. Santo Oficio, Lima, Perú, 2004. Carrión, Ernesto y Medo, Maurizio. Álbum de arena. Antología binacional de poesía. Perú- Ecuador. Con el auspicio del Consulado del Perú en Guayaquil. Guayaquil, Ecuador, 2008.