Poemas de Santiago Vera

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Hoy vuelve a trasmitir desde los pasillos más recónditos del tercer piso de Letras, Radio Sub25, tu radio rock en Lima. Les traemos estos poemas de Santiago Vera & su sintetizador. Stay tunned.

*fin de la transmisión*

***

Esos procesos demoran. Longitudinal y transverso. Esos procesos son así. Estoy acá. En algunos lugares en donde no estoy, voy a estar. En todos los lugares en donde voy a estar, no estoy. La luz, es la luz la que me ha partido. Se me cae el brazo. Mi espalda se apoya sobre una pared de vidrio. Y eso es solo un término, un primer comienzo. Estamos largamente, ciudadanamente, lejanos. La cuestión recién empieza. ¿Qué es lo que va a terminar? Lo que va a terminar es lo que no ha empezado aún. Lo que va a empezar es lo que no ha terminado aún. Debes entender la naturaleza del proceso. ¿Desde dónde he partido? Desde un punto de partida. ¿Y antes del punto de partida? Un punto de llegada. Longitudinal y transverso. Todo, absolutamente todo, es un exceso. Estoy acá. Y eso es un exceso. La luz, es la luz la que me ha partido. Yo me presento a mí mismo en un yo-tú y en un yo-él. ¿Dónde, en qué parte del proceso, se ha quedado el yo-yo? En un comienzo. En un punto de llegada. Y si hablamos de otras para adelante: hay algo en la mitad. Sigo acá. Estoy donde antes estaba. Voy a estar donde he estado. He estado en donde sigo estando. Esos procesos demoran. No debo desbordar mis posibilidades. Mis posibilidades son: estar sentado. Estar sentado. Estar parado, para estar sentado. En el camino todo es llano. No pareciera posible su extrema llanura. Cuando menos, da miedo. En cualquier momento se desata la tensión contenida. Me despido, volando. Salgo disparado. Y llego…a otro camino. Y allí me siento. Y me siento de este modo. Y permanezco así, sentado. Y espero. Y espero tanto, que se hace ya, una falta de respeto, un exceso, una sobreabundancia. Mi espalda se apoya sobre una pared de vidrio. Me doy cuenta. Estamos en el comienzo. Otra vez otra vez. El cielo llueve. Y ese es el camino. La lluvia cae. Y ese es el camino. El sol alumbra. Y ese es el camino. El viento sopla. Y ese es el camino. El hombre se comporta. Y ese es el camino. El mar. Y ese es el camino. El camino. Y ese es el camino. Todo es elemental. Todo es primero. Todo existe, con las justas. Estoy acá. Estoy acá. ¡Aquí! ¡Maldita sea! Mi condena es para siempre. Esos procesos demoran. ¿Y cuánto? Esos procesos son así. ¿Y desde cuándo? Esos procesos son así. ¿O sea que no se puede hacer nada? Esos procesos son así. El camino es solamente un camino. No una ruta. Si no tuvieras pies, sería un lugar. Si no tuviera cabeza, un espacio. ¡Si no estuviera yo aquí jamás! No contestes, estate. El camino lo perdona todo. En algunos lugares en donde no estoy, voy a estar. En todos los lugares en donde voy a estar, no estoy. Y Ya nada es definitivo. Nada está resuelto. Mañana todo es una misma cosa. La misma fuente. Hoy todo es definitivo. Todo está resuelto. ¿Quién ha dicho qué? ¿El yo-yo ha hecho su aparición? ¿El yo-tú? El yo-él? En el fondo, no hay ningún fondo. Yo me espero muchas cosas, entre ellas, a todas. Sin embargo, pero. Aunque, no obstante. Por lo tanto, concluimos. Esos procesos demoran. Mis posibilidades son: estar sentado. Todo es elemental. Otra vez otra vez. Estoy acá. Estoy acá. Y Ya nada es definitivo. Longitudinal y transverso. El camino. El viento.  El sol alumbra.  El hombre.  El hombre se comporta.  Y permanezco, así, sentando.  Y espero. Y espero. Y espero.  Una falta de respeto, un exceso,  una sobreabundancia.  Todo es elemental. Todo es primero.  Todo   existe, con las justas.  ¡Maldita sea!  Mi condena es para siempre.  Me doy cuenta.

(Libro de las opiniones, 2014)

***

 

-No he visto nunca una sola palabra.
Decretos del triunvirato ablandan volcadas suficiencias
Y Entre los mástiles de nata Se desliza el orden.

Al fondo la ausencia de pared. No hay ni un zócalo que
Hierva horizontales ni amordace
Escudos paralelos.

La placa -herrumbre de la ausencia-
El tiempo en que no estábamos Aquí

No Había Muro

No Hay Muro

El tiempo en que no estábamos aquí Algo pasó

Algo de Paso pasó exhibiendo artillerías separando junturas a balazos

Asolando vacuas latitudes exterminando vacas

Bombardeándose los pies cuando al contrario procurábase acabar con multitud de allís

Y vientos

No he visto nunca  una sola palabra
Ni al fondo            Ni adentro               Ni latiendo en el umbral del viaje

La finta del ocaso en la pared

No hay pared
No hay Muro

No he visto nunca una sola palabra

-¿Y?

 

***

 

Se cernía sobre mí un criterio fofo.

Lo Ya pendía de la fuerza
Diminuta del Aún
Ejecutivo,

Numéricamente empalizaban
La palabra “Acto”.

Ya que
Dos piedras
Descomponían su allí
Se fermentaban por el otro lado
Los mís que no eran míos.

Se abría en la mitad
Un parlamento de lo poco.

Y como solamente, solamente.

 

***

 

el tamaño
de esta oración
hasta que escribo
“aproximadamente”
es
aproximadamente
real

y este jugo / que / de la medida se escapa
por los poros del espacio

en blanco

es
de ustedes

traigan su jugo más acá
chorreen el jugo  sobre esta línea
mía
y hagan de ella

un     nuevo:Tamaño

aprieten                todas               las                   palabras
conjuguen                 todas                    las              medidas

Nuestra estatura nunca será

inocente

 

***

 

Les hablo con la fuerza imbécil de la piedra no lanzada en la mano
Y tienen razón
Manco de la espuma crece el muñón del agua
Tuerto de las migas nace el hambre en la mano
Y tienen razón como la tiene el agua

Siempre han tenido razón

La piedra no lanzada
Hunde

 

***

 

Para el Lolo

Hoy parto conmigo, Lolo, al ras de iridiscente cuna,
hacia el pulso misterioso en que jugamos
a entrelazar los montes flameantes de oquedad
en el vacío.
Y por eso me concentro, Lolo, y hasta me aúllo
para hacer algo en lo que creo
para ser algo, Lolo, en lo que creo.
Y no sé si tú, que escondes siempre
detrás de tu rostro la ruta
pero yo, sí tengo
una fe estupenda, la tengo
en que acaso llegue el día
en que nos digamos juntos
lo que hasta hoy nos hemos dicho
separados

En que acaso llegue el día, hermano,
en que nos digamos ambos
lo que a nosotros mismos
nos decimos a solas.

 

santiago veraSantiago Vera (Lima, 1987) Poeta y miembro del colectivo de poesía Ánima Lisa. Estudió Filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde ahora realiza sus estudios de Maestría. Se especializa en temas de estética, filosofía del lenguaje y teoría del urbanismo. Ha publicado Volúmenes silenciosos (Taller la crema, 2012) y Libro de las opiniones (Paracaídas, 2014).