Francisco Cerna Herrera

Francisco Cerna Herrera

(Lima, 1996). Estudiante de lingüística, con temor a los diccionarios. > [email protected]
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Contrario a cierto prejuicio en nuestra contra (en parte culpa nuestra por el nombre del colectivo), no solo nos interesan los trabajos de autores menores a los 25 años.

Ha sido una alegre sorpresa descubrir Constitución (2019) de Rafael Espinosa apenas publicada en enero de este año, por la Librería Inestable, un oasis en medio del páramo de librerías peruanas que apenas cuentan con una reducida sección de literatura y poesía (peruana, en particular), en el mejor de los casos.

De acuerdo con su primera publicación, Reclamo a la poesía en 1996, Espinosa es un poeta de los 90’s; sin embargo, este se aleja de la seguridad explorada por sus coetáneos y presenta en sus poemas una perspectiva pensativa y crítica desde lo personal en relación con el mundo (al menos en Constitución, desde una lectura propia).

"Venice" de Franco Fontana (1990)
“Venice” de Franco Fontana (1990)


CONSTITUCIÓN

I

Siempre vocalicé mal mi nombre.

Siempre el sol produjo palabras.

¿Tienen nombres pronunciables?

Una sílaba común arde en el suelo.

.

y ocurren cosas. Basta con ser un día

tan dulce como cualquiera, en que caían

todos los récords, y poseer el recuerdo

de una trenza. Sentí de repente rebaños

tenderse en mis ojos, mientras la luminosidad

abandonaba la ternura. Saber que el amor había

sido contenido y que la contención era yo, esas cosas.

Sin atinar a nada, encontré un sitio

entre las piedras y rogué aceptar ser otro objeto

que los proyectores transforman en emociones de una generación.

.

Regreso de espiar los descampados

y rezarle a la arena. Es innegable que el azar favorece

las malas elecciones pero

advertí que nada proviene de errores de cálculo.

Puedes creer que todo se conecta con todo

y sentirte la tendencia de un perro. Todo

caerá siguiendo las crecidas de diciembre

incluso si consiguieras ladrar

y la calma pasará por misericordia.

Yo también estudié la tabla de mareas.

[…]

.

II

Tengo todo lo que podría quererse.

Vi un ceramio en que dos se acariciaban

antes de dañarse. Orienté el cuerpo

hacia el ingreso a las cordilleras

y confundí el dolor y la felicidad con los festivales

de música. Luego no pude dividirlos

y los guardé junto a carteras y pendientes

en un password.

.

Supongo que les ocurre lo mismo

a las personas que sufren. Dios, en cada

lugar de anidamiento estaban ellas

con la tez finísima, de protozoarios, dueñas

de un principio móvil, planteando un conflicto de localización.

Nunca conseguí solucionarlo

y acepté que los seres son invisibles

así como sus hechos son táctiles, dejan

herpes en los párpados y tumbas en el pensamiento.

.

IV

No se debe tomarme en cuenta.

Hablo como un iluminado por razón de la falta de sexo.

Hablo para gastar la salivación.

A qué vida inteligente le importaría la verdad.

No será a un espíritu salvaje

reducido a la coherencia

por ser gentil con las cosas buenas.

Ahí dije una verdad.

No es tiempo de mentiras. Es

tiempo de adherir en un diario

la imaginación y la memoria

y marcar sus páginas con una flor.

Hay apuro, sus nombres científicos ya parten.

[…]

.

COMENTARIOS

A los ataúdes, a los ataúdes

y yo dije a las campesinas, a las campesinas

que bajan al río a lavar sus ropas

.

como si fuese posible limpiar una vida

y comprar un pañuelo, rociarlo

con agua de colonia y retenerlo

Sabemos que vamos a perderlo

Sabemos que la timidez nos dio esperanza

y con ilusiones tenaces y grifería barata

instalamos en cualquier lugar que ocupamos

un mundo único

.

Una habitación como una llamarada

el espacio para anfiteatro de queridos

doble vidrio para no oír sus mezquindades

A todo eso le llamamos dicha porque

era posibilidad y a veces momentos

caminar con la chaqueta alzada

a la salida del cine

una familia de idiomas en el corazón

.

Un viejo que toca piano

con la impericia de los apegos

Lo pudimos llamar también dolor

o dura verdad e impugnarlo

pero nunca saciedad

y esa verdad me gusta tiene gusto a adobe

.

Pude no existir. Esa idea me alboroza.

De cualquier modo alguno con suficiente

vanidad me habría suplantado. Las ganas

de gustar, en las tabernas de mutantes.

Y haber hallado la salida del bosque

por meros deseos de conversar, todo

para romper dentro de autos. Que seas un piloto

más calmo. Estudia sobre los hemisferios,

así en un lado espías destruirse a los jóvenes

y en el otro los contemplas ilusionarse.

Constitución

Rafael Espinosa

Rafael Espinosa (Lima, 1962) ha publicado Geometría (1998), Pica-pica (2001), Book de Laetitia Casta y otros poemas (2003), entre otros. Constelaciones (2019, editado por Librería Inestable) es su último libro publicado.

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