En diciembre de este año se publicó, por editorial Club del Prado, Trenzada, el primer fanzine de poesía de Agustina Zabala, con fotos y arte de Micaela Tapia. Agustina y Micaela probablemente sean las voces más intensas y prometedoras de la poesía joven en Buenos Aires: la delicadeza de la trenza tierna y dolorosa que construyeron hace que sea difícil elegir un punto de partida para hablar. Agustina va tejiendo vínculos emocionales con otras mujeres, confundiendo la vida de las otras con la suya, usando sus voces para hablar de lo que nunca pudo decir mientras lo clavos y curitas de Micaela ilustran las heridas abiertas. Siento que si tiro de un hilo podría desarmarse y no, no quiero hacer eso.

Por eso simplemente voy a arrancar por el primer poema del fanzine, que puedo afirmar sin mentir que es uno de los más hermosos que leí en este 2020 pandémico y extraño:

QUISIERA DESAPARECER SOLO SI PUDIERA
DESAPARECER COMO IFIGENIA

en forma de toro para los que no entendieron
de ternera para los que pudieron verme
de cierva para los que no creen en nada
de presagio para los indecisos

Ifigenia es la hija que Agamenón ofrece en sacrificio para calmar la ira de Artemisa y llegar a Troya. Hay muchas versiones acerca de cómo ese mito termina: Agustina eligió el final en el que Ifigenia se convierte a sí misma en un animal de caza y escapa mientras los hombres que la rodean esconden la mirada. Hay algo hermoso en esta figura femenina que escapa del destino trágico que suele aguardarles a las mujeres en la historia y Agustina reivindica esa huida, una defensa y una transformación de sí misma en otra que le permite sobrevivir. Según Hesíodo, Ifigenia luego se transforma en Hécate, una de las diosas más poderosas de la mitología griega, asociada a la abundancia, la magia, la brujería.

Nos trenzamos y nos transformamos con otras para poder sobrevivir el mundo. Entiendo que como Ifigenia ese es el camino que va a recorrer Agustina en su trenza.

trenzada 2

Los poemas que siguen se intercalan entre momentos en que se habla a sí misma, en los que habla de sí misma, en los que se dedica a otras mujeres y sus vidas. Agustina toma las cuerdas vocales de las otras y canta con su voz. Se piensa como un cadáver que sigue amando y hablando sobre la belleza, sobre el amor, deseando ese amor y esa belleza.

Las imágenes y las palabras denotan otra trenza, hay mucho de Sylvia Plath en lo que escribe, mujeres perfeccionadas por la muerte que descansan intranquilas en ataúdes de mármol mientras hombres se pelean por su amor. La fantasía Plath está ahí a flor de piel y Agustina se incluye en esta suerte de descendencia, “soy como todas las demás/e iré al mismo infierno”. Pero ya sin vergüenza: abrazar el caos de lo que somos, lo que nos hicieron, y abrazar a la otra, la que vino antes de mí y la que vendrá después.

Trenzas para sanar entre nosotras

El fanzine es una herida expuesta de color turquesa. Encuentra lo hermoso en el dolor, como podemos ver en las imágenes que eligió incluir Micaela de clavos oxidados y curitas manchadas con fósforos quemados. Hay vida incluso en lo consumido, roto y lastimado, el fósforo también cambia de estado y revela una belleza oculta, una forma nueva. Imágenes y palabras se trenzan con voces de mujeres diversas, con la propia Agustina, con Estela y con Silvia, y construye un puente de amor entre todo lo que los poemas tocan.

Es un canto a ella misma conteniendo en sí las multitudes de las otras, o más bien, un alarido desde un techo para sí misma y para todas: es válido mi dolor, es válido lo que soy y merezco que me amen. Esta es la idea que me queda de este fanzine. Recomiendo que lo lean quienes lo tengan cerca: es una puerta a una sensibilidad muy especial que te hace sentir acompañadx en las partes que elegimos esconder.


Ficha Técnica

Título: Trenzada

Autora: Agustina Zabala

Con imágenes de Micaela Tapia

Editorial: Club del Prado

Lugar: Buenos Aires, Argentina

Fecha de publicación: diciembre del 2020

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