Hola chicos directamente desde Tarma les traemos a este nuevo poeta aún inédito y lleno de melancolía jovial, pasen a leer a Miguel Yurivilca Arhuis.

A LA TRIBU DE MI CORAZÓN, A SU LENGUAJE PERDIDO, A SU MIEDO Y A LA PENA DE SU MIEDO

A veces imagino
que soy una isla con una tribu salvaje en su corazón
adoramos a un Dios de piedra
para que no se seque nunca el manantial
él es el Dios más cruel y benévolo que existe
le sacrificamos nuestras vírgenes
eso no nos alegra, nos destruía durante semanas
pero tememos que un día no baje más el agua
hasta nuestra tribu
y los niños mueran de sed
la sangre y los tambores son lo único que lo contiene
conocimos el fuego porque un día de tormenta se estrelló
un rayo en la choza más alta y se prendió todo
murieron los padres instantáneamente
y la sobreviviente, una niña, al cumplir los catorce años
fue sacrificada a nuestro Dios de piedra
porque creímos que el rayo y la tormenta se trataban de un mensaje
y que ya no bajaría agua hasta nuestra tribu
y los niños morirían de sed.

A veces imagino
que un barco encalla en mi costa
y salen hombres de su interior con armas y armaduras
y siento por vez primera el galope de unos animales
que jamás habíamos visto hasta entonces
lo siento sobre mi arena, retumbando en el interior de mis palmeras
bebiendo el agua del arroyo que alimenta mi manantial
la tribu de mi corazón le tuvo miedo a los caballos
la tribu de mi corazón le tuvo miedo a las armas mágicas
que partían la carne en dos
la tribu de mi corazón le tuvo miedo al lenguaje que sus hijos habrían de adoptar para salvarse de la muerte.
y el Dios de piedra nunca se movió, no hizo nada.
al principio le sacrificaron las vírgenes más bellas de la tribu
para contener la ira de los hombres del mar,
Entonces los hombres del mar le temieron a mi tribu
y los empezaron a matar.
Sí se escondían en lo árboles caían como pajaritos
sobre mi arena
Sólo dejaron vivos a los niños, que después volvieron esclavos.
Y pronto me llamaron por otro nombre
y el Dios de piedra se perdió para siempre en la maleza.

A veces imagino
que soy una isla
que alguna vez tuve una tribu en mi corazón
que su lenguaje aún vaga por el viento
y mece las copas de los árboles
y aún ahora, siglos después
puedo escuchar los tambores
entre la maleza
cuando hay tormenta y las olas me golpean
y parece que uno de sus sacrificios
está por empezar.

 

 

HA LLEGADO ESTRELLA, EL CABALLO DE MAMÁ
Y HA TRAÍDO A MI ABUELO
Y SE HAN ABRAZADO

Anita se levanta a diario en silencio para comprar el pan
que comerán sus hijos que irán al colegio o a la universidad
Ha soñado con su padre toda la noche
y se dice a sí misma: He soñado a papá,
este día será bueno
Ha recorrido los cuartos, los laberintos de su memoria, la cocina
sin despertar a nadie
y ha cantado una canción para sí misma
y en silencio:

Cuando tú estabas conmigo
Cuando tu vida era nuestra
el cielo era un mar
y el sol era un pez
y habían botes también
Quisiera vivir en los días de mi niñez

 

 

A UNA CAJA MUSICAL
A UNA PIEDRA CONFIADA A LA
OSCURIDAD
A UN RECUERDO QUE VIENE

Si la música se detiene
me detengo
se detiene
el mundo
se detiene
la lluvia
Si la música se detiene
y mi lenguaje
y mis fantasías más secretas
¿Eras tú la música?

Resonabas en las cosas
vibrabas en mi cuerpo
Por ti el ladrón emprendió la huida
las frutas se pudrían de olvidadas
la hoja de papel se consumía por el fuego
¿Eras tú la música?

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Miguel B. Yurivilca Arhuis (Tarma, 1995). Estudiante de Ciencias de la comunicación en la UNCP. Ganador de un concurso Yachaymalka con el conjunto de poemas: Relación Sexual. No ha publicado nada aún. Acompañador de amigos, escuchador y bailador de Erasure en Las Grietas.

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