Estamos a un paso de diciembre y empezamos con los conteos y resúmenes del año. Sabemos que decimos esto cada año pero, este ha sido un año excepcionalmente movido. Lleno de polémicas, conversatorios, eventos, publicaciones y cada vez más y más poesía. Probablemente 2018 será recordado como un año muy importante y de replanteamiento sobre las cosas que pasaron en la poesía peruana contemporánea.

Pero como sea, esos puntos valdrán para otros artículos. En esta ocasión les dejamos con diez poetas con quienes nos topamos este año y de los cuales esperamos grandes cosas. La mayoría son inéditos o van dando sus primeros pasos. Chequéenlos 🙂

 

Anaomi Alayo

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Anaomi Alayo es una poeta piurana nacida en 1997 que estudia ciencias de la Comunicación en la Universidad de Piura. Durante buena parte de 2018 varios de sus poemas lograron captar la atención de varias revistas virtuales (entre las que se cuentan esta revista y la siempre necesaria Verboser) Hace unos pocos meses publicó su primera plaqueta Seminare, que se puede descargar de manera gratuita aquí. Su poesía de algún modo puede emparentarse con el juego rítmico pero conciso de la también piurana Alejandra Machuca, así como con una reescritura del escenario actual, respaldándose en autores de la tradición local.

necesito algo más…

necesito algo más
que las pastillas o
los buenos deseos
de tu madre
debo despedirme
de los lugares que te
traen de vuelta
de las tardes que juegan
a dibujar tu sombra
del cielo de agosto
que se fue contigo
me pregunto
si no es acaso así como se siente el olvido
si un día te asomas a la ventana
y lo que ves no es el sol
sino una carretera
solitaria

Gerónimo Paredes

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Cuzqueño. Ex-Miembro de una de las bandas de indie-andino más importantes de la actualidad como lo es Chintatá, la poesía de Gerónimo Paredes corre a la par de su música. Pop y vitalista, su primer libro, BioHazard, es junto a T´ikray de Jorge Vargas Prado y Apurímac. Radio Poder de Álvaro Cortés Montufar son un tridente importante de esa vena sentimentalita andina que se encuentra en plena ebullición en provincias.

CIBERNÉTICA MOLECULAR

un dios de otras montañas

me despertó de un sueño profundo

(cada 4000 años sucede lo mismo)

y aquel día fui devuelto a las orillas

de una noche inmensa

dónde era perfecto el delirio

que aquel sol ocasionaba entre sus aguas

mi nombre lo heredé

de una colección de astronautas

practicantes de jardinería molecular

pioneros en sembrar plantas sobre la luna

fueron hijos de su tiempo

y sus corazones burlaban la gravedad

como señal de luces y de vida

mis ojos son la medida

de un secreto escrito para la posteridad

el sonido y la distancia saltan sobre nosotros

y pequeñas ranitas de barro se cuelgan

de tus ojos para cruzar la avenida

tengo una breve vocación

que va hacia la corriente de los ríos más cercanos

porque cada 4000 años sucede que estoy sentado

en una pirámide que es el mundo

observando a través de una ventana de hielo

y tú me ves perfectamente

y sabes que de mi cabeza

nace un árbol que ríe con la música

porque la historia es cíclica o es lineal o musical

y dios quiere chicha de jora

para aderezar su testamento

quiere su radio santa mónica

para ponerse los audífonos en el pecho

y dar vueltas en bicicleta

un día que sea domingo o feriado

porque estamos hechos de tierra pura

como estrellas que partieron de casa

y que no saben despedirse

sin antes guardar sus ojos en la nevera

porque este frío es una sala de hospital

extinto desde el comienzo de la última serenata

el espacio tiene un lugar para todos

el ciber-espacio tiene un

e s p a c i o digital para todos

es un lugar adornado con logaritmos

y raíces cuadradas y cúbicas y triangulares

es la O que se ve en la boca

de la luna cada vez que bosteza

ahí en el ciber-espacio

están los besos labiales y dentilabiales que diste

ropas húmedas frente al computador

momentos líquidos de aire comprimido

sexualmente mineralizados

que suenan como una canción así

 

qué bonitos ojos/

qué bonitos labios/

qué bonito cuerpo cómo me encanta/

qué bonitos ojos/

qué bonitos labios/

qué bonito cuerpo cómo me encanta/

como yo te quiero a ti solita/*

 

y presientes que el amor no está

en todas las cosas que hemos dejado atrás

sino en aquello que conservamos

como carta de letras ilegibles

runas con caligrafías encriptadas

que hablan de razones imperdonables

en el ciber-espacio

está ese que ya no somos

y nuestros corazones son como la noche

que siempre está delante y detrás nuestro

dios me despertó de un sueño profundo

para decirme que baile en un solo pie

para que haga un aspa de energía eólica

para que te quiera de verdad

y para que seas un souvenir

que adorne las veredas de mi casa

el ciber-espacio tiene lugar para las mentiras

y ahí pueden crecer los peces

hasta convertirse en seres mitológicos

en redes sociales que nos dan cariño

en mensajes de texto que digan

cholita no me dejes que hace frío

cholita ven pa’ mi casa

que te voy a cocinar lo que tú más quieras

pero no me dejes así cholita

no ahora que el internet es tan aburrido

y que la lluvia me moja sin ningún temor.

 

*Qué linda flor – Silverio Urbina

 

Lisa Carrasco

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Si es que hubo un poema viral dentro de los lectores de poesía en el segundo semestre de este año fue el tremendo Yo no soy Enrique Verástegui, cuya viralización fue amplificada por el fallecimiento de dicho mítico poeta. Lisa Carrasco estudió Literatura en la Universidad Científica del Sur y ha sido vocalista de una banda punk. Dirige la revista Molok de arte y literatura. Su poesía rockera y contundente es algo que esperemos nos siga acompañando este 2019.

 

yo no soy enrique verástegui[1]

 

escuchen bien: no soy el poeta

enrique fidel verástegui peláez

no nací el 24 de abril de 1950

sino el 21 de noviembre de 1997

no forniqué con carmen ollé ni tuve a vanessa verástegui

pero disfruto de las visiones de las chibolas en los parques

con las tetas rebotando mientras hacen jogging

pero no soy enrique verástegui

no fundé hora zero junto a mis amigos en medio de un paraíso de drogas y calor

ni golpeé con furia las paredes de la ciudad universitaria

estremecido por el sueño de los años sucios

más bien pertenecí a Los Poetas Del Pantano (LPDP)

grupo filosófico de drag queens fundado en el pabellón k de la universidad científica del sur

cuyo Fin Último fue siempre irse a la mierda en venecia

ese lugar repulsivo lleno de luces y perros

donde pudimos arrojarnos por la borda/ abandonar toda esperanza

y drogarnos muchísimo pero jamás como ellos

por eso digo que no soy enrique verástegui

venecia fue nuestro único refugio cuando los tractores nos perseguían

aquella vez que huíamos en la playa llenos de frío y tristísimos pero felices

de estar en la mierda

definitivamente no soy el poeta que escribió angelus novus

(parte I y II

con prólogo de ricardo gonzález vigil)

y jamás se me hubiera ocurrido viajar a parís

a leer mis poemas frente a la tumba de césar vallejo

y de haberlo hecho probablemente sería toda una pena

¿ahora pueden ver que no soy enrique verástegui?

no he ganado ninguna beca/ me es imposible tomar en serio algunas cosas

cada quien es hijo de su tiempo y mi tiempo no tiene sentido mi tiempo está repleto de

monstruos gigantes mi falsa leche se escurre en los estómagos de los niños mis horribles pies

aplastan la música mi tiempo está lleno de nombres en mi tiempo todos hablan pero

nadie sabe nada y es graciosísimo

que en este tiempo de mierda alguien crea que tengo algo que ver con aquel poeta

que llegó de cañete a lima cargando en su hermoso cabello zambo la esperanza de su tiempo

porque en su tiempo había esperanza

y yo no puedo bailar/ me doy de trancazos contra el suelo/ sudo mucho/ tengo vitíligo

en fin, una serie de defectos

que me distancian para siempre

de enrique fidel verástegui peláez

fallecido el 27 de julio del 2018

plácido y sin dolor en el hospital rebagliati

ahora todos estamos solos

yo no he muerto pero eso no importa

porque no soy enrique verástegui

ni ningún otro gran poeta

y por si queda alguna duda acerca de la fragilidad de estas palabras

todos nuestros dioses han muerto

 

Astrid Soldevilla

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Luego de llevar un par de años dirigiendo el colectivo de la Universidad de Lima Pez de Fango a la vez de organizando recitales que han servido en buena medida para empoderar una escena cada vez más femenina. El 2018 ha sido el momento de eclosión poética para Astrid Soldevilla. Con un aliento que se fundamenta en el Eielson más ágil, sus poemas son una refrescante lucecita, canciones pop decantadas pero igual de impactantes.

Victoria

 

A tu tacto padezco

subo y bajo escaleras de tu vientre a tus tobillos

soy plasma

materia indescifrable

que se acuesta en tu espalda

como un verso cansado

emerjo de ti como una ventana

desde donde veo mi cuerpo y el tuyo multiplicados

es primavera en las entrañas

y he descubierto mis manos

tratando de escribir tu nombre

es primavera en las entrañas

y he descubierto mis pies

soñando con ir a tu casa

yo que abro una puerta

y siempre

siempre veo

tu cara.

 

Miguel Yurivilca Arhuis

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Tarmeño radicado en Huancayo (Estudiante de la Universidad Nacional del Centro) Supimos de él estrictamente a través de internet, ya que en su muro compartía varios de sus destacables poemas. Con un ritmo más tradicional, trabajado pero potente, la poesía de Miguel Yurivilca podría incluirse también en esa onda sentimentalita pop andina de autores como Vargas Prado,… a la par de poder ser considerado algo totalmente distinto. Cada semana leemos nuevos poemas de él a través de Facebook. Aquí les dejamos uno.

A UNA CAJA MUSICAL
A UNA PIEDRA CONFIADA A LA
OSCURIDAD
A UN RECUERDO QUE VIENE

Si la música se detiene
me detengo
se detiene
el mundo
se detiene
la lluvia
Si la música se detiene
y mi lenguaje
y mis fantasías más secretas
¿Eras tú la música?

Resonabas en las cosas
vibrabas en mi cuerpo
Por ti el ladrón emprendió la huida
las frutas se pudrían de olvidadas
la hoja de papel se consumía por el fuego
¿Eras tú la música?

José María Salazar

Tartamudo

Sí, el Hype puede a veces matar carreras. Endiosar cosas porque sí y oscurecer el camino de los afortunados pero defectuosos en el marketing. Y probablemente uno de los autores con mayor expectativa y publicidad fue José María Salazar. Si bien varios de los acercamientos a su poesía son hasta ahora polarizantes, su primer libro Tartamudo, es uno de los más importantes publicado este año. Una odisea pop-warholiana que recuerda a autores españoles como Oscar García Sierra que solo nos deja con más expectativas sobre lo que vendrá.

I’m no hero that’s understood all the redemption I can offer girl is beneath this dirty hood

Ayer soñé que te subías a mi carro
que nos íbamos a otra ciudad a otro país
porque el nuestro era una nota a pie de página
y nosotros (en el sueño) queríamos escribir un libro
como una serie de papiros concatenados
pues las épocas se pierden en los sueños
y tú y yo podríamos haber estado en Egipto
y haber hablado esperanto
para liberar a unos cuantos gatos de ser venerados
porque nosotros (en el sueño) no creemos en la veneración
sino solamente en el aire
que emerge del Chevy
tú escogiste el modelo alguna otra noche en mi mente
basaste tu decisión en una lógica irrefutable
que ahora no recuerdo
el motor se confunde con la música y mis oídos son fuego
que quieren derretir mis manos
luego de tocarte toda
y cruzar la única frontera que importa
sube el volumen te digo
y las carreteras por primera vez se materializan
es como cuando pasas mucho tiempo sentado
y recién al levantarte te das cuenta
de que se te han adormecido las piernas
entonces no es que no puedas caminar
sino que te cuesta demasiado y eventualmente
te echas sobre la cama
y es como si hubiese sido obra del viento
diciéndote
despierta

Belén Alarcón

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Instagram ha sido un jardín de poetas este año. Cada vez hay más perfiles dedicados a compartir poemas en esa red social, formando un incipiente circuito. Es cierto, muchas veces esta red social esta llena de poemas muy poco pensados y hechos para la complacencia de los usuarios. De todas esas voces y perfiles, destaca Belén Alarcón, estudiante de Comunicaciones en la Universidad de Lima, quien con pocos poemas ha logrado llamar la atención de esta revista (y esos poemas son una razón para considerarla en esta lista donde le prendemos una velita por lo que vendrá)

Cuarto Barco

Comencé por olvidarme,
de cosas sencillas.
Tan sencillas como,
regar el jardín,
o cerrar las ventanas.
Pero luego me acordé,
que un día en verano,
no me quería sacar las medias.
y mientras me las sacaba pensé,
seríamos felices,
verdaderamente felices,
creyendo que,
algo en este mundo,
realmente nos pertenece.

Milagros del Pilar Nevado (Chiclayo, 1988)

38213659_10156492861413396_3228372211681198080_nMilagros Nevado Benel Siempre ha residido en su ciudad natal, Chiclayo. Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Forma parte del grupo literario La Perra Freak. Maneja el blog Olas de celofán, donde publica relatos breves, poemas y pensamientos desordenados. Actualmente trabaja en una oficina de marketing en una universidad. Sus poemas fueron en su momento antologados en la selección Catástasis del trujillano Óscar Ramirez.

*

Tengo un gato con ojos de parque.
Me mira
se acerca
y me examina
como quien decide si me perdona la vida o no.
Tengo un gato mudo que siempre parece hablar.
Cuando le doy de comer
lame mis manos
como si fueran un delicioso bocado de atún.
Lentamente
cierra sus ojos felinos
verdes como el pasto del parque
y duerme despreocupado en algún rincón.

 

Clare Trilce

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Con casi ningún dato a la mano, más que la fortuna de haberla leído por primera vez en literalmente un comentario de Facebook, desde Huancavelica les dejamos un tremendo poema de Clare Trilce.

 

Que lejos estamos todos…

Que lejos estamos todos

de todo,

de nosotros mismos.

La voyager I que viaja por el universo desde 1977

llevando en su interior un disco de oro con sonidos como:

el sonido de la lluvia,

el del latido de un corazón humano,

el sonido de un beso madre e hijo,

está para siempre lejos de casa

pero nosotros, pequeños todos, estamos infinitamente más lejos que ella de nosotros mismos

y no tenemos

ni sonidos

ni disco de oro

ni voces.

Nuestras pequeñas voces son apenas ecos,

fragmentos de ecos de las miles de voces de los hombres que han atravesado nuestras vidas,

hombres muertos o vivos, no tiene tanta importancia.

Somos fragmentos hechos de los fragmentos de otros hombres,

pequeños seres hechos de los retazos de los sueños de otros seres,

de los sueños que deja uno olvidado,

como se olvida de las llaves de casa, sin notarlo nunca.

Me pregunto si es la lejanía la que nos hace tan pequeños

o si, en cambio,

es nuestro pequeño tamaño lo que explica porque está uno tan lejos

de todos.

 

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