Todos mis amigos se quieren morir. El suicidio está mucho más presente en mi vida cotidiana de lo que desearía y si eres joven, probablemente estés en una situación similar. La muerte está tan presente que ya ni se molesta en ser el tema principal. En el poemario “Wabi Sabi (la belleza de lo dañado)” de Juan Coronel la muerte vino a sentarse con nosotros, pero sin ser la protagonista de nada, es sólo otro factor con el que hemos tenido que aprender a convivir. Los versos no son sobre la muerte, sino un resultado de su presencia en todo.

El imaginario poético de Juan es sumamente urbano y en sus imágenes  prevalece el estar perdido. Es el deambular por la calle ebrio, el deambular como fuera de la propia mente; una voz lírica que no sabe volver a casa, que piensa en la propia muerte, que reflexiona su entorno tucumano con voracidad. Estas calles se convierten en un reflejo de la decadencia psicológica, el despropósito, el dolor, el trauma. Varios de estos poemas podrían confundirse con una elegía a barrios que agonizan, relaciones que mueren, personas suicidas

“Me dan ganas de llorar lo linda que sos.

Aunque no construyamos un carajo.

Aunque desconfíe de mi tumba.

Aunque necesite irme

de este mundo.”

Este poemario me incitó algunas averiguaciones: con una nota al pie de página, se le explica al lector que “seronda” (término que titula uno de los poemas) significa “otoño” en asturiano y que déxalo pa la seronda es un dicho asturiano para cuando algo no se puede hacer. Seronda, según internet, es “el fruto tardío”, pero también el nombre de una canción de Nacho Vegas, con la que Juan Coronel dialoga. Es muy bonita, pueden darse una idea: 

La averiguación más bella que tuve es que cada poema reluce con el título “Wabi Sabi (la belleza de lo dañado)”, un término que sobrepasa aquello descrito entre paréntesis. Me puse a investigar, por curiosa y por ustedes. En el libro Wabi- Sabi for artists, designers, poets & philosophers (1994), Leonard Koren explica lo complicado que es definir el wabi-sabi, una característica no sólo estética sino ideológica de la cultura japonesa. Su origen está relacionado a las ideas taoístas y budistas, a la naturaleza y al minimalismo. Koren dice que el contacto con la naturaleza enseña tres valores: todas las cosas son transitorias, todas las cosas son imperfectas y todas las cosas están incompletas. Así, en cada objeto (natural, artificial, metafísico) podemos apreciar que el universo está en una imparable decadencia. Este lente dimensiona las cosillas más tristes y feas, en una aceptación por el curso del cosmos, una admiración por el desgaste cotidiano: es la sencilla belleza de nuestra degradación.

El ritual del té japonés es un ejemplo de la estética y filosofía wabi-sabi.
El ritual del té japonés es un ejemplo de la estética y filosofía wabi-sabi

Al final del poemario (que por cierto es de libre descarga aquí), viene una entrevista realizada por Gaby Sambuccetti en Liberoamerica. Le preguntan a Juan Coronel por qué alguien debería leerlo. Contesta: “Porque me voy a morir y no quiero que hablen bien de mí cuando ya no esté”. Ufas, si yo hubiese estado ahí ese día, sentada con Juan y con Gaby, le habría dicho que no. O que sí, que está bien que piense eso, pero eso no es todo: deberíamos leer a Juan Coronel porque todos nos vamos a morir y a veces todos sentimos que estamos muriendo, porque todos cargamos con ese wabi-sabi que ha escrito.

Espero que te animes a leer a Juan Coronel y que este primer intento de reseña funcione aunque sea un poco. No puedo terminar de escribir sin preocuparme por ti, lector. Toma esto como una señal y si estás pensando en el suicidio, por favor busca ayuda. Te juro que la vida todavía tiene muchas cosas bonitas para ti, como poemas, naturaleza y Wabi Sabi

 

Ficha técnica:

Título: Wabi Sabi (la belleza de lo dañado)

Autor: Juan Coronel

Año de publicación: 2020

Editorial: La Cimarrona Ediciones

Sobre el autor: Juan Coronel nació en Almagro. Ha publicado Frágil caballo (2015, Santos Locos), Fiebre (2015, Centro y Fuga), Murió campera (2017, Gato Misántropo), Tramadol (2018, Rama Dorada) y Un millón de Charlys Garcías sobrios (2019, Gato Misántropo).

 

Shantal Abrego

Shantal Abrego

Coordinadora editorial de la Revista Enchiridion. Cursa la Licenciatura en Estudios Literarios y ha sido publicada en medios digitales e impresos como Revista Himen, Broken English, Larvaria, Gata que Ladra, El Monolito, entre otros. Guía en talleres literarios y círculos de lectura.
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