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En este episodio de sub25 dolce still mostro les presentamos a Jhonatan Segura, con su álbum “Los días que fui Bob Harris”, lanzado al mercado en diciembre del año pasado. En este poemario, Segura retorna a la versificación simple, liviana, pero concisa, del amor de un niño que ve desde una tribuna la maravilla de su vida.
Esto es Sub25 Dolce Still Mostro, en su segundo capítulo. Transmite su radio poesía Sub25 en Lima, con amor.
Y cuando se van pongo “Alone”, cantada por Robert Foster
Estoy tan sólo
Que he abierto la puerta a los mormones
Y les he ofrecido agua
Y agradecido su visita,
-la soledad te hace más astuto-
(No es cierto lo que dicen los poetas)
He refutado y contradicho
y despertado las iras de los mormones
Porque de aceptar todo
quizá no volverían a tocar mi puerta
Y un solitario nunca es una misión cumplida,
Aquella mañana nos dispusimos los seis en el sofá
Era una familia hablando del amor de Dios,
-Que la luz interna no comporta exteriores búsquedas,
Que el exterior es una idea proporcional al vacío-
No importa,
Ahora están en mi casa ocupando un espacio
Domingo
Día de Iglesia,
Acompaño a mi madre y recuerdo que niño
Iba a ver niñas y era piadoso.
cuando del órgano Yamaha
parecía ascender como negro salvador.
Me visitaba la lascivia, un pensamiento anidaba
Como navaja en la ceguera:
-el cuerpo de Rosa dejando su vestido blanco.
Tan solo su cabello negro y colgante y sus aretes de niquel
Decorando su dulce sarna color a flor,
El resto, en el suelo-
si no desapareces, Rosita, ¿hasta qué infierno me seguirás?
Yo apreté los párpados… era un afligido más y tenía miedo del señor,
Ahora solo me arrodilla el cansancio y sospecho de todo
Hasta mi madre, doblegada al Santísimo para susurrar sus misterios;
Es domingo y el clavicordio de fuego se desata atrás del Supremo:
te enciendes como acacia, gloria a ti Madame Scorpion,
te devoto mis mariposas ventrales, el fósil de mi tuétano enamorado
la fiebre de este corazón tarambana y también el juramento del acecho,
que sean con mi espíritu los besos de tu boca abierta
Los vigores de tus largas piernas y tu espalda serena
quemada por el sol de Ballesta
Madame Fleurmorte
ahora separo las páginas de mis breves lecturas
Con una fotocopia de tu Carte Nationale D’identité,
Madame Fleurmorte.
Ahora vivo marcando robles sin pudor
Y te encuentro entre páginas como una quemadura láser
nacida en los 90 (época de los Fujimori… yo estaba a punto
de perderlo todo con una fractura de tibia).
por este retazo, encontrado en tu basura el día que partías,
tus labios negros me acompañan, tus ojos quemados, tu piel bond,
Aunque no dejaste un hilván que nos reúna
ni una bola de acacias que ruede en tu nombre
Sólo tu voz en la contestadora, solo apuntes sobre mí que duelen como
un portazo,
tu nombre en el computador y el dulce escombro de un coulant
al fondo del congelador.
Es todo, la comedia de la distancia y la horrenda perplejidad en un papel
y acabado este poema (2:00 am) despertarás,
tu cabello de luz se liará sobre una almohada compartida (9:00 am):
-Weinfelden, Toulouse, Bordeux, Quetzaltenango, París, Palacio viejo…-
Y yo releeré esto como una policial familiar.
Románticos e infernales
(Avenida Roosevelt 502)
Parece la gran ocupación
Un estrépito nos acalora y bate los cordeles
Donde secaban largos manteles de mesa con los apóstoles bordados
Y frutas
También se ondulan las paredes y se desgranan las puertas de las casas.
Como una gran cosecha de guisantes rabiosos es el acopio de los
cuerpos y
Enterrado queda el carnaval de las piletas más la espalda que ornaba el
muro
Podría copiar tu soleada cabellera en su acero…
Nadie sabe que tardarán años en descombrar las fuentes de los amantes
Tardaremos en darnos cuenta que las piedras no volverán,
Hay ruinas en flor, monumentos que a esta hora
son ornamentos del cielo y otros, morada de negras memorias,
la parroquia quedó como un plato y
como caído buqué, el parque,
donde una vez nos detuvimos a besar,
ni las tinas de cemento se han salvado;
las nubes, da lo mismo arriba que abajo
si todos nos acostaremos sin soñar.
Se han ido los cuerdos a saturar sus heridas,
Hemos quedado los románticos e infernales
Y los perros que no reconocen más el silencio,
Y tú
permaneces conmigo, aunque sea en una fotografía,
yo me quedo contigo, parado en esto que fuera una ventana,
a esperar el primer pájaro mordiendo una noticia
.